Vivimos en una sociedad un tanto individualista, pero en el mundo de la empresa, para conseguir éxitos, es necesario dejar de lado el “yo” y empezar a hablar de “nosotros”. Cuando dos trabajan de la mano sus esfuerzos se multiplican. Sin embargo, lograr que todos los miembros de una organización funcionen como una orquesta no es fácil. Por eso es tan importante poner en práctica el denominado team building.
Quizá pienses que ese término en inglés, tan pomposo y aparentemente técnico, se aleja de las necesidades de tu pequeña empresa. Pero te equivocas. El team building consiste simplemente en realizar determinadas actividades con los trabajadores de una compañía para que tomen conciencia de equipo, mejoren su rendimiento y creen un agradable clima laboral. Eso te interesa, ¿no? Poco importa el tamaño de tu negocio. Cuando hay dos o más personas trabajando juntas es fundamental que formes equipo. Hazte estas preguntas y reflexiona:
- ¿Involucras al grupo en tus decisiones?
- ¿Tienes reuniones productivas con los empleados para aportar nuevas ideas y posibilidades de mejora?
- ¿Escuchas a todos los miembros de la empresa?
- ¿Tenéis confianza unos en otros?
- ¿Celebráis juntos los éxitos?
- ¿Hay un sentimiento generalizado de pertenencia a la organización?
- ¿Es sana la competencia entre los empleados?
Dirigir un equipo de trabajo es complicado. Si en alguno de los casos la respuesta es negativa, deberías ponerte manos a la obra. El team building no se trata únicamente de dar las pautas oportunas para que los proyectos sean más productivos, sino que fortalece las relaciones sociales más allá del ámbito laboral. De este modo, cuando se produce algún conflicto o el grupo tiene ideas contrapuestas, es más sencillo encontrar una solución. Además, recuerda que la felicidad en el trabajo es proporcional a la eficiencia.
¿Qué actividades de team building puedes poner en marcha?
Ahora que ya sabes lo importante que es tener un buen equipo de trabajo vamos a enseñarte a crearlo. Hay multitud de actividades para conseguirlo. Todo depende del número de personas implicadas, el presupuesto disponible o los valores que quieras promover. Aquí tienes algunas ideas interesantes:
1. Actividades de voluntariado
Es una de las mejores formas de construir equipo y, al mismo tiempo, mejorar la responsabilidad social de la empresa. Además, se puede hacer con un grupo pequeño y sin presupuesto.
Si no sabes por dónde empezar, lo más aconsejable es que acudas a alguna organización de tu ciudad para que te dé unas recomendaciones básicas. En todo caso, algunas opciones muy recomendables son las donaciones de sangre o de alimentos, las visitas a personas enfermas o la colaboración con algún colectivo en riesgo de exclusión social. Otra alternativa es el voluntariado basado en las aptitudes laborales. Por ejemplo, si tu empresa es de Recursos Humanos puedes ofrecer charlas gratuitas a jóvenes para mejorar su empleabilidad.
Con las actividades de voluntariado, conseguirás una mayor implicación del equipo, crearás sentimiento de pertenencia y promoverás valores muy necesarios.
2. Actividades físicas
Hacer deporte es saludable y mejora el estado de ánimo. ¿Qué te parece organizar una ruta de senderismo por la montaña? ¿Y un paseo en bicicleta? El hecho de estar al aire libre y fuera del entorno laboral nos ayuda a conectar con los demás.
Si tienes un equipo joven y aventurero, puedes optar por otros deportes con más acción, como una carrera en equipo, remo o escalada. Eso sí, en este caso, necesitarás algo de dinero.
3. Actividades para tomar mejores decisiones
Tomar decisiones conjuntas es uno de los aspectos más complicados del trabajo en equipo. Por eso es una buena idea organizar juegos que busquen la deliberación o la resolución de problemas. En este sentido, lo más recomendable es buscar a un especialista que dirija la actividad. Os planteará situaciones problemáticas y tendréis que buscar una solución todos juntos. Por ejemplo, la típica pregunta: ¿qué tres cosas llevarías a una isla desierta?
4. Actividades para potenciar la confianza
Hay muchos juegos que fortalecen la confianza. Todos nos hemos vendado los ojos alguna vez para que nuestro compañero nos guiase por un laberinto. Esa es una opción, pero hay muchas más. Otra muy simple es sentarse frente a frente con un empleado y mirarse fijamente a los ojos todo el tiempo posible. Al principio, puede resultar incómodo, pero poco a poco la complicidad aumenta, llegan las carcajadas y, en definitiva, la confianza con la otra persona.
Estas son solo algunas ideas para tener un equipo de trabajo más feliz y productivo. Puedes ir probando diferentes actividades y ver cuáles funcionan mejor. ¡Seguro que pronto notas los resultados!