Crear una amplia gama de productos y servicios para tu negocio es un desafío. Una parte del proceso de creación es inventar un nombre para tus servicios y productos. En este artículo encuentras por qué es útil inventar un nombre y además unos consejos cómo poner un nombre atractivo y persuasivo para tus productos y servicios.
Muchos autónomos no dan nombre a su producto, servicio o taller. Especialmente en profesiones en las que se trabaja por hora, dar un nombre no resulta obvio o lógico. Se trata simplemente de trabajar y hacer horas, nada más y nada menos.
Sin embargo, puede ser útil pensar en un nombre para un programa en particular, una conversación, un seminario o una sesión. Pero ¿por qué?
En primer lugar, dar un nombre persuasivo causa un “aumento de valor” para el cliente. Compáralo con el siguiente ejemplo. Tienes dos productos idénticos. Un producto no tiene nombre y está descrito por una aburrida lista de características. El otro producto es un paquete con un nombre atractivo junto con una buena historia. Comprenderás que un cliente estimará el valor del segundo producto más alto que el primer producto sin identificación.
Además te distinguirás mucho más de tus competidores con un nombre persuasivo. Será mucho más claro y más fácil para un cliente saber por qué tiene que comprar tu servicio.
Haces tu servicio mucho más tangible por inventar un nombre persuasivo. Esto proporciona al cliente la sensación de que corre menos riesgos al comprar tu producto.
Por último, un nombre persuasivo y atractivo crea un ambiente exclusivo. De hecho, te aseguras que el deseo crecerá para comprar tu producto.
¿Pero y ahora cómo eliges un nombre persuasivo?
No desveles el método, proceso o características en el nombre. Lo más importante es qué causará o producirá tu producto o servicio. Puedes mostrar la utilidad de tu producto o servicio y hacerlo más grande. Lo más importante es el resultado que tu cliente pueda lograr, pero no es que cada cliente logrará o tendrá este efecto o resultado. Por eso describe las mayores expectativas.
Eso es algo atractivo y a tu cliente le gustará mucho más. Y hablarás con más facilidad si no tienes que hablar de “aquel servicio” o “ese producto que ofreces.”