Tras una mujer trabajadora y madre autónoma hay, la gran mayoría, una historia cargada de sentimiento de culpa por no llegar a veces a todo y, sobre todo, una retahíla de renuncias y resignaciones propias. La naturaleza, la historia en sí, nos ha llevado a ser aquella pata de la casa, con un instinto de protección superior que hace que enterremos muchas veces nuestros sueños profesionales.
Los economistas vaticinan que las pensiones y su sistema desaparecerán sino hay un futuro asegurado, el de los hijos, ¿quién puede tenerlos? Ajam, las mujeres. Existe un libro, Nosotras que lo quisimos todo, donde su escritora y periodista Sonsoles Ónega, habla de las mujeres trabajadoras, “las grandes estafadas” del timo “conciliar vida laboral y personal” y víctimas de esa “apariencia” de igualdad que pensaban que existía en la sociedad y que no es real.
El día a día de su protagonista, una directiva, como cualquier autónoma de a pie, mamá de dos niños, es el de casi todas, con jornadas maratonianas, acostumbradas a correr de un lado a otro, poniéndose sobre sus espaldas más cargas laborales, familiares y personales. A esta mujer, le dan la opción de crecer profesionalmente; pero para ello tendría que renunciar también al cuidado de sus hijos. Finalmente, recurre a su plan C, a su propio plan, hecho a su imagen y semejanza y adaptado totalmente a sus necesidades. El plan C empieza por saber delegar en el trabajo y en la casa y por tener su propia vida, a su estilo.
Veamos, por tanto, algunos consejos para poder compaginar vida laboral y profesional y conseguir nuestro propio lifestyle:
- Si estás sola en tu trabajo, quizá sea el momento de contar con alguien que te ayude a soportar esta carga, contratando a un profesional que te permita hacer otras tareas más importantes y satisfactorias para ti. Si no estás dispuesto a ello por los motivos que sea, alarga un poco tus plazos de entrega en tus trabajos y “no te pilles los dedos”.
- En esta vida, todo es organización y planificación. Prioriza lo importante y urgente. No todo puede ser urgente en esta vida, intenta marcarte plazos dependiendo de tu ritmo diario. Este calendario también debes respetarlo para tus actividades personales y familiares, hacer deporte, leer, pasear por la playa con tu familia, etc.
- Exprime las primeras horas de la mañana, sin duda, con mayor energía y concentración para hacer las tareas urgentes y más importantes. No pierdas esas horas en otras cosas que te pueden distraer como consultar redes. Esta acción déjala para la noche, de manera relajada y que te permita desconectar de tu fuerte jornada.
- Céntrate en lo verdaderamente importante. Esto que estás haciendo, esto que has decidido hacer, es lo verdaderamente importante ahora, el resto o lo que sea, después.
- Coordínate con tu pareja para que las tareas del hogar sean cosa de dos. Si tienes hijos y tienen edad para poder colaborar, pídeles que también presten ayuda.
- Aprovecha el tiempo con tu familia al máximo. Intenta cenar en casa y aprovecha esos bonitos momentos para estar con los tuyos. Simplemente, el hecho de desayunar con tus hijos o llevarlos al colegio con una conversación distendida te llenará de energía.
- Si tienes la posibilidad, busca todos los servicios de tu día a día lo más cerca posible: centro médico, educativo para tus hijos, deportivos para ti, etc., con el fin de evitar largos desplazamientos y perder tiempo en ellos.
- Intenta realizar online todos los trámites o gestiones que sean posibles. Controla las cuentas bancarias, paga impuestos, haz la compra por Internet siempre y cuando no te suponga un quebradero de cabeza, tengas línea de Internet ágil y sea cómodo para ti.
- Por último, llama a tus amigos y cuéntales cómo te sientes. Expresar hoy día las emociones debería estar plasmado en todos los planes de empresa. Canaliza y expresa tus emociones y no tengas sentimiento de culpabilidad por no llegar a todo, a los niños, la casa, el trabajo. Somos humanas y no máquinas. No te pongas más trabas en el camino y disfruta de cada cosa que haces. Disfruta de tu trabajo y tu vida y recuerda: el plan C está en ti.