Llega agosto, el mes de vacaciones por excelencia pero ¿lo es también para el autónomo? En Infoautónomos hemos recogido, a través de nuestro perfil de Facebook, los testimonios de algunos autónomos y emprendedores que han querido compartir su experiencia veraniega y dar respuesta a la pregunta inicial. También nos han ilustrado su día a día en estos meses estivales. ¿Está siendo tu verano como el de ellos o eres un autónomo de los que sí disfrutas de las vacaciones? En ese caso nos gustaría también contar con tus testimonio.
Javier López, autónomo empresario del sector agrícola: “En el mundo del campo todos los días son lunes”
Javier López es un joven autónomo propietario y encargado junto a sus hermanos de la empresa familiar de abonos orgánicos. Además, compagina la gestión del negocio con sus estudios universitarios por lo que confiesa tener poco tiempo para vacaciones, más bien ninguno. “Apenas un fin de semana o a lo sumo una semana completa pero siempre con una disponibilidad total para la empresa”. Y es que como afirma Javier “en el mundo del campo todos los días son lunes”.
Cerrar la empresa en verano es completamente impensable, un sueño que, en todos los años de actividad, nunca se ha visto realizado y las expectativas son poco alentadoras. El cierre o parón total del negocio supondría una considerable pérdida de ingresos.
Los meses estivales son precisamente época de siembra y, por tanto, de demanda del abono orgánico que comercializa este autónomo empresario encargado de surtir él mismo a sus clientes de Almería, Huelva o Sevilla. ”Este tipo de negocio requiere una dedicación total”afirma. Otro verano que Javier se queda sin vacaciones.
María Millán, autónoma del sector turístico: “A la vuelta de vacaciones, el mazazo del IVA”
Verano, vacaciones y turismo es generalmente una buena combinación pero María la vive desde el otro lado de la barrera, la de la trabajadora autónoma. Esta guía intérprete de Granada tiene la agenda completa de servicios durante gran parte de la temporada alta de turismo, es decir, desde marzo hasta octubre. Sin embargo, por necesidad física y mental de desconectar, María procura hacer hueco para disfrutar unos días de la playa en familia aunque sea a costa de perder ingresos y ceder sus servicios en compañeros de profesión.
María este año ya está de vuelta de sus mini vacaciones de verano de apenas cinco días. Relata que regresó con muy buena cara hasta el momento en que su gestor le recordó que tocaba pagar el IVA.
Entonces se dio cuenta, “había vuelto a la cruda realidad”. Su cara bronceada por el sol de Torremolinos se tornó en preocupación. Ahora toca trabajar para recuperarse del mazazo y prever las vacas flacas que llegan con el invierno.
Miguel Silvestre, asesor fiscal online: “Internet no descansa”
Miguel es asesor fiscal online y lo tiene claro. “Los autónomos no tenemos vacaciones, menos los que somos 2.0”. Este autónomo trabaja con empresas y profesionales que aún no están digitalizados, lo que supone para Miguel un trabajo abrumador de escaneo continuo. “Y entre papel y papel Internet no descansa”. Este asesor recuerda las muchas veces que ha tenido que atender de madrugada a clientes que están en EEUU o China. Además está la Administración, incansable por naturaleza. ¿Qué hay de los días de cortesía que promulga la Seguridad Social y Hacienda? Son irreales y siempre hay que “pringar”. “No me puedo quejar porque tengo trabajo pero lo realidad es que es un vivo sin vivir en mi”.
Cristina Arias, autónoma de comercio minorista: “Cuesta poco que la clientela cambie de local”
Hay negocios que por su propia naturaleza no se permiten cerrar nunca. Cristina es propietaria en uno de ellos. Alimentación Titina es una tienda de un municipio coruñés que permanece abierta de lunes a domingos, festivos incluidos. “Soy de las autónomas que trabaja en verano, otoño, invierno y primavera”.Cristina no cierra nunca su negocio porque vive del día a día y ese es precisamente uno de los motivos que imposibilita el parón en verano. “Costó mucho trabajo conseguir clientela pero cuesta muy poco que ésta cambie de local”. El miedo a la pérdida de clientes por la competencia está latente. Ésta autónoma gallega tan sólo se permite cuatro o cinco días “libres” en septiembre pero siempre pendiente del móvil para posibles incidencias. Irse de vacaciones supone para ella el pago de dos empleadas por horas encargadas de cubrirla. ¿Merecen la pena unas vacaciones en esas condiciones? Cuestión de supervivencia, la supervivencia del autónomo.
Dina Rodh, autónoma en el sector servicios: “Ir de vacaciones implica gastar sin ganar “
“Si tu bebé llora tienes que atenderle”. Así es como define Dina Rodh, propietaria del centro de estética Pasiontrab, la situación de su recién nacido negocio
que cumple ahora un año de apertura. Dina es consciente de que se merece unas vacaciones por los grandes esfuerzos realizados hasta el momento, pero el negocio estará abierto durante todo el verano mientras rasca horas sueltas de descanso y se refresca con la decoración veraniega del local.
Nos confiesa que picotear pequeños momentos para la desconexión en lugar de unas verdaderas vacaciones duele menos a su conciencia. “No me salen las cuentas, irse de vacaciones implica gasta sin ganar y los trimestres no perdonan”. Pese a todo Dina no vive estas vacaciones con resignación sino con la esperanza de que todo esfuerzo y sacrificio personal tiene su recompensa. “Vale la pena alimentar la constancia en mi realidad como autónoma. Pasiontrab no es solo una palabra, es un sentimiento”.
Jonathan Andiar, autónomo con ecommerce: “Las vacaciones suponen un lujo”
Jonathan es un joven que se dedica al diseño, la fabricación y venta de vinilos decorativos y regalos originales en Andiar una tienda física pero también online. Relata a Infoautónomos que las vacaciones suponen un “lujo” para él y su negocio que lleva menos de un año en funcionamiento. “No tengo suficientes ingresos como para permitirme parar unas semanas”, afirma. Entre sus planes de verano está seguir trabajando en los contenidos de su web y mejorar el SEO.
Aunque los inicios de un emprendedor son duros Jonathan confiesa, con sus apenas 24 años, que tiene fuerzas e ilusión para hacer frente a las muchas horas de dedicación (10 diarias) que conlleva la gestión de la tienda bien en la oficina, bien en casa.
“Me gusta mi trabajo y no lo veo como tal”. Como reza una de las pegatinas que comercializa este joven autónomo tiene el afán de conseguir todo lo que se proponga.