En este artículo web te vamos a contar:
1. Reflexiones al crear y montar mi empresa
Es la eterna pregunta que se planntea todo emprendedor: ¿de verdad es factible lanzarme a montar mi propia empresa?
Y, evidentemente, la respuesta no es sencilla. Influyen tantos factores como tipos de negocio y personas dispuestas a llevar las riendas de los mismos.
Desde las motivaciones que nos llevan a emprender hasta la existencia de una verdadera oportunidad de negocio, pasando por las actitudes y aptitudes de cada emprendedor, la decisión de emprender o no está sujeta a una serie de consideraciones que hay que tomar muy en cuenta antes de “lanzarse a la aventura” del emprendimiento.
Porque crear y consolidar una empresa es un proceso complicado en el que entran en juego factores tanto personales como profesionales.
De una parte, no es suficiente tener una idea de negocio. Para que ésta se materialice en una verdadera oportunidad de negocio que posibilite la sostenibilidad en el tiempo de una empresa es necesario conocer las condiciones del mercado en el que nos movemos, cuál es nuestra competencia y quiénes nuestros clientes.
Y, por su puesto, valorar si éstos están dispuestos a comprar nuestro producto o servicio.
Además, es vital disponer de los elementos y recursos necesarios para poner en marcha un negocio y éstos abarcan desde la disponibilidad de capital o financiación hasta el equipo humano del proyecto.
Debido a esta complicación, en Infoautónomos hemos preparado una completa guía para emprendedores, nuestra Guía Hazte Autónomo en la que puedes conocer los pasos que has de dar para llegar a montar tu empresa a través de numerosos artículos y recursos prácticos, como plantillas y utilidades.
Por otra parte, emprender con éxito requiere de ciertas habilidades y conocimientos de gestión empresarial, comercial y de marketing, así como de una actitud determinada a la hora de afrontar retos y riesgos, de capacidad organizativa y de negociación y de una valoración previa de cómo el desempeño de ésta actividad profesional influye en nuestra vida personal.
Así que si un día te encuentras preguntádote: “No sé qué hacer con mi vida profesional, ¿Emprendo?”, date un tiempo para reflexionar sobre tus objetivos, tus fortalezas y el estilo de vida que quieres.
Y muy importante, valora a fondo las ventajas y desventajas de emprender y tus expectativas al respecto.
2. Ventajas de Emprender
Estabilidad en el empleo
En el contexto laboral en el que nos hayamos inmersos, “trabajar en una empresa toda la vida”, al menos como empleado, es un concepto que se viene difuminando en favor de una mayor movilidad laboral, pero también de una mayor incertidumbre.
La generación de autoempleo no está exenta de esta incertidumbre ante el futuro, pero la continuidad o no de la actividad depende de factores económicos y de negocio y no de la decisión de nuestro empleador.
Autonomía y libertad de tiempo
Como emprendedores, somos nosotros los que marcamos el ritmo, las horas de trabajo e imponemos las normas que regirán nuestra actividad.
Si bien es cierto que, como explicaremos más adelante, exige una gran dedicación y esfuerzo, ser “nuestro propio jefe” nos permite decidir de forma autónoma cuál es el mejor momento para realizar determinada tarea o cuál es el nivel de exigencia a aplicar.
Sobra decir que este tipo de decisiones han de moverse siempre dentro de los principios de responsabilidad, perseverancia y búsqueda de la excelencia y de la calidad si deseamos el éxito de nuestro negocio.
Pero también nos permite poner en marcha nuestras propias ideas y metodologías de trabajo, adaptar la actividad a nuestras necesidades y decidir en qué grado queremos conciliar nuestra vida laboral y familiar.
Si optamos por emprender junto con otros socios sacrificaremos parte de nuestra autonomía por una mayor capacidad.
Si es nuestra decisión debemos ser concientes de los riesgos que entraña y cuidarnos de no cometer los típicos errores al buscar socio.
Satisfacción personal
Porque, para muchos, nada produce más satisfacción que un trabajo bien hecho, sobre todo si se desarrolla, desde su gestación hasta su ejecución, bajo nuestra propia percepción de cómo debe realizarse.
Este tipo de satisfacción está relacionada con nuestra puesta en valor como individuos a través del planteamiento y superación de diversos retos, de aplicar de forma productiva e imaginativa nuestras habilidades y de obtener resultados fruto de nuestro esfuerzo, nuestra dedicación y nuestra pasión.
Luchar por algo propio
Muy en la línea de lo anterior, emprender significa poner un proyecto en marcha, especialmente cuando entraña dificultad.
Emprender es una lucha diaria por superar retos y obstáculos, pero esta batalla se hace mucho más llevadera cuando tiene por objeto la consecución de los objetivos que nosotros mismos nos hemos marcado.
Pero no sólo están en juego nuestras aspiraciones, sino también el tiempo y el dinero que hemos invertido en nuestro proyecto, los sacrificios realizados para ponerlo en marcha y la posibilidad de legar ese fruto de nuestro esfuerzo a futuras generaciones.
Mayores ingresos y libertad económica
Quizá éste sea uno de los puntos más controvertidos, pero, si nuestro proyecto está bien planteado y finalmente tiene éxito, podemos aspirar a tener mayores ingresos que trabajando por cuenta ajena.
Si bien es cierto que, en ocasiones, en las etapas iniciales de una empresa los gastos son mayores que los ingresos, por lo que es recomendable contar con un remanente y un plan económico en el que hayamos calculado durante cuánto tiempo podemos “permitirnos” perder dinero antes de empezar a obtener beneficios, una vez llegados a este punto, las posibilidades de incrementar nuestra percepción económica también aumentan y, además, ésta irá en relación con el éxito económico de nuestro proyecto empresarial.
Prestigio social
Poner en marcha y consolidar una empresa que, con su actividad, sea capaz de cubrir necesidades y demandas reales y contribuya a la mejora del entorno en el que vivimos puede constituirse como una gran fuente de reconocimiento social que, si bien no ha de ser el fin último, puede abrirnos muchas puertas para seguir creciendo y evolucionando tanto profesional como personalmente.
Libertad geográfica
El auge del teletrabajo freelance permite hoy en día ejercer numerosas profesiones en remoto, desde cualquier lugar, lo que abre la pueta a trabajar desde dónde tú quieras en cada momento.
Sea tu segunda residencia, tu localidad de origen dónde puedes disfrutar de más calidad de vida, otro país al que te mudes una temporada o incluso quién sabe, dando la vuelta al mundo.
Libertad de propósito
Si te dedicas a aquello que realmente te gusta y además con ello realmente estás ayudando a otras personas, tu emprendimiento alcanzará un punto adicional de satisfacción y plenitud, dando mucho sentido a tu vida.
3. Desventajas de Emprender
Mayor dedicación
Cuando ponemos en marcha nuestra propia empresa, debemos saber desde el principio que ésta requerirá muchas horas de esfuerzo y dedicación, sobre todo al principio.
Emprender significa, en muchos casos, desarrollar muchas aptitudes y ser capaces de ponerlas en práctica todas a la vez, esto es, ser “multitarea”, así como desarrollar unos buenos hábitos de productividad empresarial.
Estar al frente de un negocio no significa sólo hacer caja a final de mes, sino que el control y la supervisión de todas las actividades y decisiones que se toman debe ser constante.
De hecho, cuando se trata de microempresas, suele ser una sola persona la encargada de desarrollar varias actividades necesarias para el normal funcionamiento del proyecto, por lo que la dedicación es todavía mayor.
No obstante, y tal como hemos explicado más arriba, tenemos una mayor autonomía para decidir el cuándo y el cómo de cada tarea.
Riesgo económico
Son muchos los factores que determinan el éxito o fracaso económico de nuestro proyecto empresarial, tanto externos, como puede ser un entorno poco favorable, como internos, que pueden derivarse de una mala gestión.
Como empresarios, los responsables de la viabilidad económica de nuestro proyecto somos nosotros y, en especial, los autónomos y pequeñas empresas, ya que en éstos casos el capital suele provenir de fondos propios o de otras vías de financiación, pero de cuya deuda somos responsables.
Además, del éxito o fracaso económico del proyecto dependen los beneficios o ingresos que percibamos y, por lo tanto, nuestra forma de subsistencia.
También hay que tener en cuenta que los ingresos pueden variar notablemente de un mes a otro, por lo que es recomendable una cuidada planificación económica.
Incertidumbre
En relación con lo anterior, la incertidumbre con respecto al crecimiento y consolidación de nuestro proyecto empresarial es constante para el emprendedor.
Como empresarios o profesionales autónomos, somos los responsables últimos de cada decisión, de cada éxito y de cada fracaso.
No existe una fórmula que garantice el triunfo de nuestro proyecto y siempre cabe la posibilidad de que se produzca un giro inesperado de los acontecimientos, por lo que es vital contar con un plan B en caso de que todo falle.
Por último, señalar que los programas de mentoring de emprendedores ayudan a conseguir resultados más rápidamente, reduciendo riesgos e incertidumbre al evitar incurrir en los errores que ya han cometido otros.
Además te permiten aprovechar la experiencia y conocimientos de los mentores, por lo que es una opción que debes valorar.