El informe sobre estrategia de crecimiento empresarial presentado en el Congreso en los últimos días de julio por el ministro de Economía Luis de Guindos ratificó la supremacía de la pequeña empresa frente a las grandes corporaciones en el tejido empresarial español.
El Ministerio se apoya en este informe para la implantación de medidas de mejora mediante un plan que a la espera de concreción pretende fomentar el crecimiento de pymes y mejorar su productividad.
El crecimiento empresarial español muy lejos de la media europea
El informe en cuestión, puesto en relación con el conjunto de empresas de la UE, ha arrojado unos datos muy reveladores sobre la situación de las pymes españolas:
- Cuestión de tamaño: El 95% del tejido empresarial está formado por pequeñas empresas de menos de 10 de trabajadores mientras que tan solo un 5% lo compone la mediana empresa con entre 10 y 250 trabajadores. Las grandes compañías representan el 0,5%, un dato irrisorio.
- 4,7. Es el número medio de trabajadores contratados por empresa en España, una cifra muy inferior a los 11,7 que registra Alemania o los 11 de Reino Unido.
- Pese a que el número medio de trabajadores en cada empresa española es ínfimo en comparación con la media europea hay que destacar que las pymes generan el 41% de los puestos de trabajo.
El PIB es la causa y efecto del crecimiento. El análisis de este informe ha llevado al Ministerio a partir de una premisa para establecer un plan estratégico de crecimiento: si se lograra que el tamaño de las empresas en España fuera similar al de la media europea el PIB pasaría a ser de un 3,5%, 3 décimas más que en la actualidad. Este incremento podría llegar hasta el 6% si nos equipararamos a la media británica.
Además, según el estudio fomentar el crecimiento de la empresa española combatiría el lastre de la productividad, conllevaría el aumento de los sueldos entre las plantillas y facilitaría la internacionalización empresarial, a día de hoy una tarea pendiente de nuestras pymes.
Medidas de crecimiento empresarial contra el efecto escalón
Tres son principalmente las medidas planteadas por De Guindos para combatir el reducido tamaño de la empresa española que desde algunos sectores presuponen intencionado, una lectura que más adelante abordaremos.
La estrategia planteada, sin fecha todavía de aplicación, gira en torno a la reforma de los umbrales de tamaño establecidos que hoy por hoy tienen que ver con el número de empleados-10,50 y 250 por empresa- y la facturación anual que va desde los 2 millones, pasando por 6 y hasta llegar a los 10 .
El Gobierno baraja una reforma en este sentido con un redefinición, sustitución o eliminación del umbral referido a tamaño siguiendo el precedente de la reforma del Impuesto de Sociedades en el que el tipo reducido, destinado a pymes, pasaba aplicarse exclusivamente a nuevas empresas.
Desde el Gobierno se asegura que el objetivo de esta redefinición de los umbrales es reducir la presión fiscal, motivo por el cual las pymes interrumpen su crecimiento.
El Ministerio de Economía ha detectado durante el estudio de este informe un total de 130 regulaciones de tipo administrativo, fiscal y laboral referidas al tamaño de la empresa que frenan su crecimiento y favorecen el escalón en nuestro tejido empresarial. Evitar esto y la falta de productividad que adolece la empresa son los principales objetivos de los posibles cambios.
Sobre el papel parece un plan sensato pero vayamos un poco más lejos: ¿Cúal es la lectura real que debemos hacer?, ¿el fin de la pyme y de sus ventajas fiscales o el inicio de una nueva era económica marcada por el fortalecimiento de las empresas?
Productividad y tamaño de la empresa: otra perspectiva
El Plan de De Guindos parte de la base de que el tamaño de la empresa determina la productividad estableciendo una relación directamente proporcional. A menor tamaño, menor productividad en el seno de la empresa.
Sin embargo, el estudio realizado por Enrique Moral-Benito publicado por el Banco de España en 2016 altera el orden de los factores y establece que es la productividad la que influye en el tamaño y no al revés, tratándose más bien en un problema estructural.
La realidad es que la productividad de las empresas es de En España, la productividad de las empresas es significativamente inferior a la de los tres mayores países de la eurozona: Alemania, Francia e Italia. Por ejemplo, en las pymes de entre uno y nueve trabajadores, la productividad es un 19% más baja con los datos de Eurostat y un 36% con los de la OCDE.