Cuantas más ventas realices y menos gastos tengas, más IVA te tocará pagar a Hacienda. Aunque el panorama actual es bien diferente. La paralización de las actividades económicas esenciales durante el confinamiento por el COVID-19 invita a pensar que la recaudación de Hacienda en concepto de IVA del segundo trimestre va a ser más reducida que de costumbre.
Para entender el porqué de la sencilla relación entre IVA, ventas y gastos, basta con conocer lo más básico sobre este impuesto que tienen que pagar a Hacienda, junto al IRPF, una buena parte de los autónomos en España, salvo excepciones, como los autónomos que realicen bien una actividad económica exenta del impuesto o bien una operación intracomunitaria. Para saber si estás entre los autónomos exentos de calcular IVA y presentarlo cada tres meses te aconsejamos confiar la gestión fiscal de tu negocio a una asesoría online para autónomos que te dé a conocer las especificaciones tributarias de tu actividad.
El IVA repercutido y el IVA soportado son cruciales a la hora de pagar IVA
El IVA es un impuesto indirecto al consumo que paga el cliente final al proveedor, generalmente autónomo o pyme, mediante la compra de un producto o la contratación de un servicio. La factura entregada a ese cliente final por el autónomo contemplará el tipo de IVA asociado a la venta, cuyo importe será entregado a Hacienda cada tres meses mediante la autoliquidación del modelo 303 de IVA. Este IVA es el que se conoce como IVA repercutido. Por tanto, lo que viene a decir un importe elevado del IVA repercutido en tu modelo 303 es que las ventas han ido muy bien durante el trimestre que presentas.
Pero el IVA repercutido es solo una de las dos partes de la ecuación. Como trabajador autónomo o como pyme no solo ingresas IVA sino que también lo pagas cuando realizas compras a tus proveedores. Este IVA se conoce como IVA soportado.
Es importante aclarar que aunque sea práctica habitual, como autónomo, no debes considerar el IVA repercutido y soportado como ingreso o gasto respectivamente ya que se trata de un impuesto imparcial en el que actúas como sujeto pasivo. Tu misión es cobrar el IVA al cliente final para ingresarlo a Hacienda, de igual forma que tus proveedores ingresan a través de sus autoliquidaciones las cuotas de IVA que te han cobrado.
IVA soportado e IVA deducible
Generalmente el IVA soportado es también IVA deducible en tu modelo 303. Esta deducibilidad vendrá determinada por la naturaleza del gasto, de la actividad económica y de que la transacción cumpla con los requisitos para considerarse deducible (factura completa a nombre del autónomo y vinculada a su actividad, por ejemplo).
Excepcionalmente, el artículo 96 de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido recoge los supuestos en que las cuotas de IVA soportado están excluidas del derecho a deducción como el tabaco, las bebidas, la alimentación o los espectáculos y servicios de carácter recreativos entre otros.
Para entenderlo de forma sencilla, el IVA soportado da buena cuenta del volumen de gastos y el IVA repercutido refleja el volumen de ventas pero recuerda que no debes tenerlo en cuenta para determinar tu liquidez. El resultado del modelo 303 de IVA, que has de presentar en los meses de abril, julio, octubre y enero según el calendario fiscal, es la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA soportado.
Pagar IVA como autónomo: tres escenarios posibles
¿Cuántos resultados son posibles en tu modelo 303 y qué dice cada uno de ellos sobre la actividad de tu negocio?
Modelo 303 de IVA con resultado positivo
Te toca ingresar a Hacienda el importe que refleja tu modelo 303, después de haberlo cumplimentado y haber calculado el impuesto. Un importe positivo, como venimos diciendo a lo largo de estas líneas, significa que has repercutido más cuotas de IVA de las que has soportado, o lo que es lo mismo, has tenido más ventas que gastos. De ahí que afirmemos que pagar IVA es lo mejor que te puede pasar.
Es más que conveniente, indispensable, e insintimos en ello, entender que el IVA que facturas no es tuyo sino que debes reservarlo para pagarlo a Hacienda en los plazos estipulados. Un error muy frecuente entre los autónomos y las pymes es emplear ese IVA para su propia financiación y gastárselo antes de tiempo. De esta manera cuando llega el momento de autiliquidarlo, el titular carece de liquidez. Esta falta de liquidez es uno de los principales motivos para solicitar el aplazamiento de IVA.
Modelo 303 con resultado negativo
Aunque te cueste creerlo, el peor panorama posible, desde el punto de vista de salud económica, es aquel en el que no tengas que pagar IVA porque has gastado más de lo que has ingresado. En este caso puedes compensar el resultado negativo en el próximo trimestre arrastrando el importe del trimestre anterior. Se compensa durante todo los trimestres del año hasta llegar al cuarto trimestre en el que se puede compensar con el año siguiente, hasta cuatro años o bien, solicitar la devolución.
Encadenar resultados negativos en tu modelo 303 es un mal síntoma y una muestra de que el negocio no marcha bien. Para Hacienda, la falta continuada de correlación entre ingresos y gastos hace saltar las alarmas.
Modelo 303 con resultado a cero
Tampoco tendrás que pagar IVA si el resultado del modelo 303 es cero. En este supuesto habrás repercutido las mismas cuotas de IVA que has soportado. Por eso queda saldado. Eso significa que, aunque tengas que informar de ello a Hacienda como obligado tributario, no habrás de rascarte el bolsillo en concepto de IVA. No al menos el trimestre que declaras.