“Autónomo sí, pero no para todo”. Una cosa es trabajar por tu cuenta, ser tu propia empresa, y otra distinta es complicarse la vida intentando hacer todo uno mismo.
Puede que seas de los que para ahorrar ciertos gastos te lances a aprender lo que haga falta para cubrir tú mismo esa necesidad. Pero a veces esto supone hacer las cosas de la forma más difícil.
Si necesitas un sitio web puedes aprender a programar o a utilizar alguno de los programas que hay online y crear tu propia página. Si en la reforma de tu oficina puedes aprender a hacer la instalación eléctrica, la fontanería y pintar tú mismo… A corto plazo puede parecer que ahorras dinero, pero mirándolo con perspectiva puede que en realidad lo estés perdiendo.
¿Has pensado que a lo mejor el dinero que te ahorras haciéndolo tú mismo se convierte en un coste de tiempo? Tiempo que dedicas a pintar o a hacer una web es tiempo que no dedicas a lo que realmente te dedicas y te proporciona beneficios, o es tiempo que dejas de dedicar a disfrutar de la vida (que se supone que es para lo que quieres ganar dinero…). Por no hablar de la calidad del trabajo. Salvo que tengas una capacidad innata para hacer de todo, los resultados de tu trabajo no llegan a tener la calidad de otros que se dedican a ello.
En fin, cuando te encuentras alguna necesidad que cubrir, has de reflexionar sobre el grado de calidad que quieres alcanzar y el tiempo que necesitarías para conseguirlo haciéndolo tú mismo. Sin duda habrá cosas que merezca la pena que hagas tú, pero en cambio hay otras cuestiones dentro del día a día del autónomo que es mejor delegar y encargar a otros autónomos o empresas especialistas.
En general los ámbitos más peliagudos donde puedes jugártela seriamente son:
– Planificación Financiera:
Puede que sus servicios sean costosos, pero un buen planificador financiero puede ayudarte a encontrar el dinero que no sabes que tienes, y hacer que tus inversiones rindan más beneficio del que crees que pueden proporcionar.
¿Cómo encuentro un buen asesor fiscal? Lo primero que puedes hacer antes de elegir una asesoría fiscal es hablar con tus amigos, sobre todo con los que tienen inversiones. Averigua con quién trabajan y si están contentos con su elección. También puedes preguntar a colegas y sobre todo, con un montón de asesores. No te quedes con el primero que conozcas, por muy majete que resulte. Averigua qué tipo de servicios está especializado, aclara bien cómo se le paga, pídele referencias, compruébalas… sólo porque alguien diga que hace algo no significa que realmente lo haga.
– Contabilidad:
A lo mejor cuando comienzas puedes asumir tú mismo el control de las cuentas… pero a medida que tu empresa despega aumenta también de forma exponencial el tiempo y la complicación de la contabilidad. Un profesional puede ayudarte a evitar tener que pagar más de la cuenta, y junto al trabajo del asesor financiero puedes estar tranquilo en cuanto a las auditorías se refiere.
¿Cómo encuentras un buen contable? De forma muy parecida al asesor fiscal.
– Abogado:
Dicen que un abogado es un individuo cuya principal función es proteger a sus clientes de otros abogados… En temas legales muy difícilmente vas a poder hacer tú mismo las cosas. Un abogado te puede ayudar a negociar (contratos, compras de inmuebles…) en línea con tus objetivos. Pero donde más te puede ayudar tener un abogado es cuando llegan los momentos dificiles: juicios, denuncias…
¿Cómo encuentro un buen abogado? Igual que a los otros profesionales. Aquí es muy importante no dejarse engañar por el aspecto… es fundamental pedir referencias y comprobarlas.
– Entrenador personal (Coach):
Y no me refiero a un entrenador deportivo… Un entrenador personal te mostrará cómo obtener los resultados que deseas. También te ayudan a aprender cómo sacarle partido a tus fortalezas y mitigar tus debilidades. Es quien te dice las cosas que no eres capaz de admitir por ti mismo pero que necesitas saber y asumir para alcanzar el éxito final.