¿Una pequeña siesta ayuda a mejorar tu concentración y rendimiento? Es algo que se comenta muy a menudo, pero que no parece que termine de cuajar a la hora de la verdad en el ámbito profesional.
Un artículo en el blog de la Escuela de Negocios de Harvard publicado hace poco insiste en el asunto: Las empresas deberían insistir en que los empleados se echaran una siesta de entre 20 y 40 minutos.
Bueno, el artículo en el que lo explican está en inglés, pero viene a decir que diversos estudios demuestran que una pequeña siesta puede ayudarnos a sentirnos más activos, mejora nuestra creatividad y aumenta nuestra motivación a la hora de llevar a cabo la tarea que tenemos por delante (también aumenta nuestro nivel de concentración y resistencia).
En Estados Unidos, que saben apropiarse de todo lo bueno de otras culturas rebautizándolo con algún nombre sofisticado, se está implantando en las empresas con más fama de conciliadoras.Pero lo llaman “Productive Nap”, que se traduce como “siesta productiva”, o sea la siesta de 20-40 minutos de toda la vida. Google es una de estas empresas. De hecho proporciona unas curiosas butacas para tan importante momento laboral.
En fin, para que en España llegue a haber alguna empresa que invite a sus empleados a echarse una siestecilla quizá necesitemos que previamente algún sindicato se reinvente y dedique parte de sus esfuerzos a negociar este tipo de beneficios laborales…
Pero los autónomos lo tenemos relativamente más sencillo. No hace falta que venga Google a convencernos de que nuestro rendimiento puede multiplicarse por tres si entre la una y las tres de la tarde nos retiramos del mundanal ruido a descansar media horita.
Pues ahí está la teoría… ¿te atreves a experimentar y nos cuentas cómo va la práctica?
Nota: ojo… que hablamos de 20-40 minutos. Si le dedicas más tiempo entras en lo que llaman la fase REM y entonces es un desastre, porque te levantas con una mala uva de cuidado y no “das pie con bola” lo que queda de tarde.