“¿Qué? ¿Una crisis beneficios? Debes estar loco…”
Parece que ya estoy escuchando comentarios como el anterior. Y no me extraña, por la manera tan inadecuada como pensamos. Y sin embargo, una crisis tiene una gran cantidad de beneficios exclusivos, es decir, que no son alcanzables de ninguna otra forma. La siguiente es una lista de esos beneficios y quiero expresar que no están sometidos a discusión, porque de manera indudable son y siempre serán beneficios.
No me malinterprete, por favor. No son solamente beneficios lo que uno encuentra en las crisis, sé por experiencia propia que también encontramos dolor y malestar. Pero ya estamos en ella y me parece absurdo desear no estar porque ya estamos. Y dado que la experiencia es inevitable, me pregunto ¿qué tiene de bueno?
Y con sinceridad, haciendo un análisis objetivo y honesto, la verdad es que tiene muchos beneficios, como por ejemplo:
Beneficio 1. Es la forma más eficaz y comprobada para cambiar lo que necesita ser cambiado. Es un hecho que vivimos con un montón de situaciones ante las que nos hemos resignado porque cambiarlas es engorroso o complicado, o llevaría tiempo que no tengo, etc. Las excusas pueden ser muchísimas más. Pero cuando no queda más remedio las cambio, y con frecuencia encuentro recursos y habilidades que me sorprenden, porque ni siquiera sabía que las tenía. Una crisis es un aviso de que algo anda mal y necesita ser cambiado y siempre se trata de un aviso muy oportuno. Es como la campana que avisa al bombero que hay un incendio que apagar. Sin la campana después de un tiempo sólo quedarían cenizas y gracias a ella, tenemos algo que rescatar.
Beneficio 2. Dispara la creatividad. Sé con certeza que todos los seres humanos poseemos creatividad a raudales y que este recurso, la creatividad, no es exclusivo de unos cuantos afortunados. Pero los que sabemos de ésto hemos aprendido que el verdadero detonante de la creatividad es la necesidad cuando se junta con el optimismo. Hay quienes intentan técnicas abstractas y esotéricas para desarrollar la creatividad. Incluso asisten a cursos carísimos o consumen pastillas naturistas de dudosa efectividad, pero sin esta conjunción de elementos, necesidad y optimismo, la creatividad es un oso hibernando en un invierno permanente.
Beneficio 3. Una crisis nos coloca de lleno en una posición de tener que aprender cosas nuevas. Siendo sinceros de nuevo, nadie se mueve cuando las cosas son cómodas y, peor, nadie aprende nada nuevo cuando aparentemente no lo necesita. Sólo hace falta darse un recorrido crítico por los diferentes servicios que nos son ofrecidos en una rutinaria vida para darse perfecta cuenta de que casi nadie sabe vender. Sí, vender. Como si vender fuera únicamente desplazar productos. Un ejemplo: me ofrecen un anuncio en una revista y en todas las conversaciones sostenidas jamás me mencionan lo que yo quiero comprar. “¿Cómo que no? Claro que lo hice. Le dije en varias ocasiones el tamaño del anuncio, el lugar para ponerlo y el coste del mismo”.
Y yo respondo, “¿Ve? Yo no quiero comprar un anuncio”.
“¿Ah no? Entonces, ¿qué *+?/$ quiere comprar?”
“Señor mio, si usted vende anuncios tiene los días contados porque va a ser sustituido por una máquina en breve y lo hará mejor, créame. Yo lo que estoy comprando son ventas de mis productos, no anuncios.”
En resumen, hay tanta área de oportunidad de mejora en la mayoría de las empresas que conozco que lo último que me preocuparía es la crisis. El origen de la palabra “vender” es “servir”. Pregúntese constantemente,” ¿Estoy vendiendo o sirviendo?”
Beneficio 4. La crisis es un momento ideal para impulsar una mejora de la eficiencia en todos los aspectos. Es un hecho que empresas, gobiernos y particulares, todos a la vez, desperdiciamos. Podemos usar mejor todos nuestros recursos. Pero no lo vamos a hacer si estos recursos sobran o se nos dan en exceso. La crisis es un momento óptimo para practicar la austeridad. Estados Unidos es el país más rico del mundo y lo es porque durante su fundación y crecimiento estaba fundamentalmente poblado por personas austeras. Austeridad no es privarse de cosas que deseamos, es no desearlas.
Al vivir con austeridad pero generando riqueza, los primeros pobladores de Estados Unidos generaron también acumulación de bienes y dinero, convirtiéndose así en la primera nación capitalista del mundo. Después sólo hay que poner a trabajar el capital y el resto es historia.
Beneficio 5. La crisis nos ayuda a desarrollar habilidades personales invaluables. Y lo hace muy bien porque no se aprende lo que no se practica. Hablemos de optimismo, por ejemplo. ¿Se puede ser optimista cuando todo va como miel sobre hojuelas? O de paciencia. ¿Qué mejor manera de practicar la paciencia que cuando las cosas no pasan al ritmo que neuróticamente nosotros habíamos deicidio que era el adecuado? O dominio emocional, otra extraordinaria habilidad. ¿Es complicado sentirse bien con la cuenta bancaria a reventar de dinero o cuando toca la lotería? Por como veo a la mayoría de las personas con quienes hablo todos los días, pareciera que no mucho. Sentirse bien cuando las cosas van mal es la habilidad que le va a permitir salir de cualquier situación difícil en la que se encuentre, no importa lo complicada que sea.
Y, ¿qué me dice de la valentía? ¿Es valiente iniciarse en un negocio nuevo cuando todo indica que no hay forma de fallar? No señor, se necesita coraje y determinación como nunca para poner un negocio en estos momentos. La crisis revela a las personas y a nosotros mismos, nos enseña quienes realmente somos.
Beneficio 6. La crisis nos hace más espirituales. No sé si a Dios, Alá o a Buda, pero con la crisis nos volvemos hacia nuestras deidades en busca de ayuda, lo que contribuye a engrandecer nuestra espiritualidad. Y tal vez, como decía el gran Theilard de Chardin, “No somos seres físicos teniendo una experiencia espiritual, somos seres espirituales teniendo una experiencia física”. Entonces, al ser más espirituales, tal vez estemos más en contacto con nuestra verdadera esencia y este contacto, por sutil que sea, tal vez contribuya a que tomemos mejores decisiones para nosotros, los que nos rodean y el mundo en general.
A algunas personas les llega a suceder en el transcurso de una vida que se dan cuenta de que están persiguiendo lo menos importante o trascendente sacrificando en ello lo más importante o trascendente. Para estas personas, un buen momento para darse cuenta de ello y realizar una transformación en sus vidas es una crisis. Parece ser que hacernos más espirituales nos ayuda tremendamente en este proceso de definir prioridades y encontrar nuestro DARMA.
Neo acaba de recibir una paliza descomunal de manos del Sr. Smith. Se levanta titubeante, se limpia la sangre de la boca, se coloca en posición de karateka y, con las manos y decididamente, le hace una señal al malvado programa de la película Matrix invitándolo a acercarse, sin miedo, desafiante, y continuar la lucha. No sé bien por qué, pero esta escena siempre me ha inspirado a ver a los problemas a la cara y decirles al mismo tiempo que les hago una seña invitándolos a venir “Ven aquí, estoy esperándote y voy a acabar contigo”.
Otra historia. El viejo maestro vivía desde hacía años en la montaña, en retiro total de la sociedad, dedicado a la contemplación y a la meditación. Un alumno que lo admiraba subió hasta su refugio a invitarlo a participar en las fiestas locales y a compartir su enorme conocimiento con los visitantes que venían de una gran cantidad de países lejanos. El maestro mostró cierta resistencia pero finalmente accedió a acompañar al admirador a la ciudad.
Ya en la ciudad, caminando por la calle tropezó con uno de los visitantes quien sin inmutarse en lo absoluto continuó su camino sin siquiera pedir disculpas al maestro que yacía en el suelo después del encontronazo y como consecuencia del mismo. Antes esta falta de sensibilidad, el maestro reaccionó airadamente gritando en voz alta “Óigame, ¿no sabe usted quién soy yo? ¿Cómo se atreve?”. Inmediatamente dándose cuenta de su desafortunada e inadecuada reacción, pidió perdón al extraño y siguió su camino.
Al final del día, el admirador que había subido a buscarlo a su refugio le ofreció al maestro acompañarlo de regreso a su hogar de retiro. “No hace falta”, respondió el maestro, “He decidido quedarme a vivir en la ciudad. “Pero, ¿por qué?”, preguntó el admirador. “Porque es aquí en dónde se me revela lo que todavía tengo que aprender”.
La crisis nos revela lo que todavía tenemos que aprender. Cuando esto pase, y pasará, se lo aseguro, usted y yo seguiremos aquí, con la posibilidad de ser mejores y más fuertes, si es que decidimos aprender algo de esta bendita oportunidad. Y miraremos a la cara de la siguiente crisis, no tenga duda de que la habrá, y le haremos una señal diciendo “ven aquí, te estoy esperando. Y esta vez, voy a acabar contigo”.
Sobre el autor: Francisco Cáceres Senn es colaborador de Infoautónomos, experto en psicología social en las empresas y creador de numerosos programas de entrenamiento y formación para ejecutivos y emprendedores. Desde hace 28 años se dedica a la consultoría empresarial y ha trabajado como consultor y Coach personal tanto para presidentes de empresa como para más de 500 empresas en el mundo. Además imparte conferencias, seminarios y cursos. Sus programas de formación en audio y vídeo se venden en numerosas librerías. Más información en Neurosoft y Neuromanagement.
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