Los trabajadores autónomos podrán “ahorrar hasta 500 euros al año”, o al menos así lo aseguró el pasado miércoles la ministra de Empleo, Fátima Báñez, durante el anuncio del retraso de al menos un año en la obligación para los nuevos autónomos de cotizar por contingencias profesionales y cese de actividad.
Se trata de una medida que se incluirá en la Ley de Presupuestos del Estado de 2013 como enmienda a la reforma de las pensiones que llevó a cabo el gobierno socialista. Dicha reforma incluía una cláusula en la que se establecía la obligatoriedad, desde el 1 de enero de 2013, de cotizar por accidente de trabajo, una cobertura hasta ahora opcional, a todos que se dieran de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Sin embargo, Empleo ha decidido aplazar esta obligación hasta 2014 para “ayudar a los autónomos a afrontar estos difíciles momentos de crisis” y calculó también un ahorro de más de 300 euros para los trabajadores agrarios por cuenta propia.
Si bien es cierto que esta medida puede ayudar a muchos miembros del colectivo de autónomos y profesionales independientes, dotándoles de mayor liquidez, conviene recordar la importancia de cotizar a la Seguridad Social para preveer ciertas circunstancias y evitar así situaciones de desprotección.
De hecho, las reacciones de las diferentes asociaciones de autónomos han sido desiguales y, mientras unas aplauden la medida, calificándola de “oportuna” para aliviar los elevados costes que supone la puesta en marcha de una actividad por cuenta propia, otras ven esta propuesta como un “caramelo envenenado” que no hace sino negar el acceso de los autónomos a las protecciones sociales.
Si hay algo que está claro en toda esta cuestión es que no cotizar por estos supuestos supone no poder acceder a las prestaciones sociales en el caso de que el autónomo se vea a obligado a suspender su actividad durante un determinado periodo de tiempo.
La búsqueda de la solución parece complicada y más aún llegar a un equilibrio entre los costes que supone el inicio de una actividad por cuenta propia y una adecuada protección social del autónomo. Una de las soluciones para los autónomos puede ser la de contratar seguros de accidentes que les mantengan protegidos ante éste tipo de incidencias, pero es una decisión que es necesario valorar con detenimiento.
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