ACTUALIZACIÓN 23/09/2013: La tarifa plana para autónomos mayores de 30 ya ha entrado en vigor tras la aprobación de la Ley de Emprendedores.
Ha sido una de las medidas más reivindicadas por el colectivo de autónomos en los últimos meses y parece que, finalmente, se ha hecho realidad: los emprendedores mayores de 30 años que se den por primera vez de alta como autónomos también podrán disfrutar de una bonificación del 80% en la cuota de autónomos.
La ya consabida “tarifa plana de 50€“, ideada en principio para facilitar el emprendimiento a los más jóvenes, se extiende ahora a la totalidad de aquellos que decidan montar su propio negocio. Una medida de justicia y que se adapta a la realidad económica de nuestro país, en la que tanto la falta de crédito, como el desempleo y la crisis afectan a todos los rangos de edad. De hecho, hace ya unos meses que en éste mismo blog ofrecimos 4 razones para extender la tarifa plana a todos los autónomos y no sólo a los jóvenes.
De ésta forma, y según anunció hace escasos días el Ministerio de Trabajo, la medida estará recogida en la Ley de Apoyo al Emprendedor y su Internacionalización, la cual se encuentra en la última fase de tramitación parlamentaria. Así, se elimina el tope de edad a la hora de acceder a la bonificación del 80% en la cuota de autónomos a la Seguridad Social durante los 6 primeros meses y del 50% durante el siguiente semestre.
Cómo se calcula la tarifa plana
Cabe recordar que ésta bonificación se calcula aplicando el porcentaje a la base mínima vigente para cada año, por lo que las “tarifas planas” de 50 y 125€ al mes son aproximadas, y que sus beneficiarios serán aquellos que cursen nuevas altas en el RETA y que no hayan contratado a ningún trabajador.
A ésto se sumará, además, una bonificación del 30% en la cuota para hombres menores de 30 años y mujeres menores de 35 una vez transcurrido el primer año y durante los siguientes 18 meses.
Se trata, sin lugar a dudas, de una gran noticia para un colectivo que cada vez se ve en mayores dificultades para afrontar sus obligaciones con la Seguridad Social y, en especial, durante los momento iniciales, eliminando una suerte “discriminación positiva” por factores de edad, pero que no satisfacía las necesidades reales del sector. No obstante, y pese a lo positivo de la medida, lo cierto es que la tarifa plana no parece ser más que un parche incapaz de solucionar la problemática de fondo: la consolidación de los pequeños negocios.
Si bien es cierto que la medida está encaminada a fomentar la creación de nuevas empresas, no lo es menos que los problemas de liquidez también ahogan a aquellos que llevan años intentando mantener a flote su negocio. Quizá es el momento de comenzar a pensar en una reforma profunda del sistema de cotizaciones y la solución podría pasar por la implantación de un modelo lineal de cotización en función del rendimiento de la actividad.
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