Cumplir objetivos es algo que, en muchas ocasiones, se antoja mucho más complicado que el hecho de marcarlos. Supongamos el siguiente objetivo: “Mi proyecto arde en mi cabeza y el análisis que necesita realmente no sé cómo hacerlo. Este curso puede ayudarme (creo) a darle forma real para poder llevarlo a cabo con mucha más fuerza y seguridad.”
Esta definición de objetivo, en este caso, respecto de un curso, tiene varios elementos fundamentales que están en el puro germen de lo que un día quiere ser una empresa saludable. Son:
(Nota, según la Real Academia de la Lengua, saludable: 1. Que sirve para conservar o restablecer la salud corporal, 2. adj. De buena salud, de aspecto sano. 3. adj. Provechoso para un fin, particularmente para el bien del alma.)
– Motivación adecuada. Es difícil hacer una descripción como ésta sin una pasión genuina detrás ( …”arde en mi cabeza”). Y eso es fundamental porque es la despensa de iniciativa, creatividad y voluntad.
– Sentido común. Decir “…el análisis que necesita…”, implica algo más que un estudio previo, cosa que mejor o peor prácticamente toda persona que inicia un proyecto económico hace . No, no se trata de hacer un plan de empresa sólo, sino de hacer el plan de empresa adecuado para esta iniciativa.
– “No sé cómo hacerlo”. Humildad. ¡Qué buena cosa!
– Con los pies en la tierra: Quiere “ darle forma real”. Soñar: sí, imaginar: sí, desear : sí, pero todo ello partiendo desde la realidad tal y como es. Por eso es tan útil compartir la idea desde el principio con entorno amigo y con entorno especialista. No tanto porque lo que digan vaya a ser cierto, sino porque aportan aspectos que quizá uno no puede ver.
– Determinación, dígase voluntad: “…para poder llevarlo a cabo con mucha más fuerza y seguridad…”
Y aquí, en el último apartado voy a incidir ahora. Porque llevar algo a cabo con seguridad es desde mi punto de vista, algo de mal comprometer. ¿Cuánto de seguro? ¿100%? ¿Qué conceptos se incluyen en “con seguridad”? …
Pero finalmente se toma la decisión, en el caso de este ejemplo, de hacer el curso. Y se toma esa decisión con ganas, ilusión y confianza.
Entonces nos encontramos:
– Con dificultades técnicas. Sé utilizar de entrada los recursos que se van a usar, pero… en el último momento… ¡ no funcionan ! y no puedo asistir a la videoclase o llego tarde.
– Con dificultades de capacitación. Tengo que utilizar algún programa que no conocía y ahora tengo que aprenderlo.
– Con dificultades de aceptación. Juzgo lo que se me está trasmitiendo antes de ponerlo en práctica, por tanto, actúo bajo mis suposiciones. Llego a tal punto que incluso puedo llegar a pensar: “esto no vale para nada” sin haberle dado una oportunidad. Y además, puedo llegar a pensar que menos mal que tengo sentido común para no perder el tiempo.
– Con dificultades de agenda. O lo que es lo mismo, dificultades de compromiso. Antes de la decisión, ví que sí, que podría realmente encontrar el tiempo, pero… es que el día a día, se ha puesto imposible justo ahora. Y además hay mucho más trabajo de lo que me dijeron, y además … . Cuidado, esto puede ser cierto. Pero en la mayoría de los casos, son resistencias.
– Con dificultades de comprensión. O lo que es lo mismo, de auto-exigencia. Aunque ciertamente es posible, suele ser raro que te hayas comprometido a algo que está más allá de tus posibilidades de comprensión. Es mucho más habitual pensar: “esto tengo que tenerlo PERFECTAMENTE resuelto en X días”… y que luego no sea así. Ahí sí, ahí es fácil que se pongan en marcha algunos de tus “demonios” y empieces a juzgarte. Probablemente con dureza.
Herramientas para cumplir objetivos
Sin embargo, y afortunadamente, había: motivación, humildad, sentido común y sentido de realidad por lo que:
– …con persistencia consigues resolver los problemas técnicos que no impedían asistir a la video clase (por decir algo).
– …con dedicación aprendes los programas que necesitas.
– …echando mano del sentido común y la humildad, te das una oportunidad y decides “ok, voy a probar, luego decidiré si valió o no la pena hacer este ejercicio, este curso, este prototipo, o lo que sea que tengas que hacer”.
-… echando mano del entusiasmo para avanzar que tenías al decidir hacer el curso (o lo que te hayas propuesto) y, aceptando tu posibilidades, encuentras finalmente el tiempo para “hacer los deberes”. Y sí, te sientes mucho mejor.
-…echando mano de la paciencia y la confianza (dígase motivación), te das el tiempo y utilizas los recursos que se te ofrecen para retirar las piedras en el camino de la comprensión de contenidos nuevos.
Del objetivo inicial al resultado final hay un gran camino y, en la mayoría de casos, está lleno de sorpresas. Tan importante como definir un objetivo es ser flexible en el modo, trayectoria y tipos de recursos que te llevarán a conseguirlo.
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