En el tan de moda panorama emprendedor que se está construyendo en los últimos tiempos, cada vez son más los nuevos términos “empresariales” con los que nos topamos día a día, pero que, en realidad, no hacen más que definir actitudes o situaciones tan antiguas como la economía misma.
Uno de los conceptos que ha cobrado fuerza en los últimos tiempos es el del “serial entrepreneur” o emprendedores en serie. Pero, ¿qué significa exactamente emprender en serie? Para ello es vital conocer el verdadero significado de “emprender”, es decir, “lanzar un proyecto” que puede consolidarse (lo que entendemos como convertirse en una empresa) o no.
Por ello, un emprendedor en serie trabaja de forma continua con nuevas ideas y comienza nuevos negocios. Las diferencias con el “empresario” son varias y, aunque existen diversos debates y criterios para definir a unos y otros, normalmente el “empresario” es aquel que está decidido a crear una empresa a raíz de una idea pero, una vez ha materializado esa idea en un negocio, pasa a jugar un papel importante en el funcionamiento cotidiano de dicha empresa.
Por su parte, el emprendedor en serie es aquel que pone las primeras piedras para construir una estructura empresarial en torno a una idea, pero que, a continuación, cede responsabilidad a otra persona para pasar a una nueva idea y a una nueva empresa.
Claves de éxito para los emprendedores en serie
Si bien es cierto que la idea de “lanzar” un proyecto tras otro para que otros lo gestionen puede resultar atractiva, el emprendedor en serie ha de reunir ciertos requisitos para dar sentido a su labor y que dichos proyectos no se conviertan en fiascos empresariales ya que, en la mayoría de los casos, no es su dinero el que está en juego.
– Originalidad: Emprender es en muchos casos sinónimo de innovación. Los emprendedores en serie ha de saber encontrar ideas frescas, creativas y que aún no hayan sido explotadas en el mercado. No obstante, hay que recordar que las ideas de negocio no valen nada hasta que no se han puesto sobre el papel y se ha trazado un plan de negocio viable.
– Conocimiento del Mercado: Un emprendedor en serie debe conocer al dedillo el mercado en el que se mueve o al que desea llegar: cuáles son las necesidades, cuál es la competencia y cuáles son las barreras de entrada al mismo. Las buenas ideas no tienen futuro en el mercado equivocado, por lo que realizar un correcto estudio de mercado es vital para el desarrollo de la idea.
– Flexibilidad: Los emprendedores en serie puede lanzar varios proyectos complementarios en el mismo sector o en sectores completamente diferentes (de ahí la necesidad de conocer el mercado a fondo). Por ello, debe saber adaptarse a cada nuevo sector y, sobre todo, a las necesidades de cada nuevo proyecto, ya que cada negocio es un mundo y cada empresa tiene sus propias claves para el éxito.
– Compromiso: De nada sirve lanzar un proyecto y desentenderse completamente. Es necesario saber marcar el equilibrio adecuado al ceder la gestión diaria de una empresa a un tercero. Nadie mejor que el emprendedor en serie, “el padre” de la idea, el que la puso en marcha, para ofrecer su consejo y, en caso de que sea necesario, su criterio, a la hora de afrontar nuevos retos o dificultades que puedan surgir en el camino de la consolidación de los proyecto lanzados.
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