[O cómo minimizar las pérdidas económicas ocasionadas por “la ceguera del emprendedor”: el enamoramiento terco y arrogante de la propia idea de negocio: Colabora con un Diseñador de Negocio]
Seguro que muchos de vosotros pensáis que para iniciar una actividad empresarial, haber estudiado una carrera universitaria es garantía suficiente de éxito. Pero, por mi experiencia y por la de muchas otras personas a las que he tenido la oportunidad de conocer y/o asesorar, es poco probable que una persona se ocupe eficazmente del arranque de un negocio si no ha pasado por ello con anterioridad.
Para emprender con buen pie resulta necesario controlar aspectos financieros y laborales, orientar correctamente la promoción (para conseguir clientes), elegir una imagen corporativa coherente y estar implicado en un sinfín de actividades no estrictamente relacionadas con el sector profesional al que se pertenece (Medicina, Educación, Informática, etc.)
Es posible que al principio no seas capaz de gestionar tu emprendimiento, por muy buen profesional que te consideres.
Por eso, resulta muy importante estar bien asesorado desde el principio, y contar con segundas opiniones responsables. Es conveniente rodearse de especialistas cualificados de disciplinas complementarias entre sí, pertenecientes a los campos del Diseño, el Marketing, las Finanzas o el Management. Y si no se tienen los recursos económicos suficientes como para contratar a todos estos profesionales, se puede colaborar con un Manager especializado en Diseño de Negocio.
Diseño de negocio: ¿Cuáles son las funciones del diseñador de negocio?
Un Diseñador de Negocio ha de ser capaz de arrancar un proyecto empresarial con garantías y menor presupuesto. Su objetivo consiste en implantar las estrategias iniciales del Diseño en una empresa para potenciar su productividad, coordinando con otros especialistas, si resulta necesario, los siguientes ámbitos:
Asesoría Financiera y Laboral:
Al principio, es básico no equivocarse al elegir la forma jurídica de una empresa (SLP, SLL, etc.) para optar a subvenciones y oportunidades de financiación. Asimismo, resulta conveniente conocer la cualificación y la cantidad de profesionales que se deben contratar.
Diseño:
- Gráfica y Producto: Fundamental para crear una imagen corporativa adecuada de un producto o servicio que además resulte atractiva para el público objetivo al que se orienta. No sólo hay que pensar en un logotipo. Se debe estudiar conjuntamente el naming (nombre de la tienda o del servicio profesional) y el packaging (las bolsas y la paquetería). El continente ha de cuidarse tanto como el contenido.
- Web: Cualquier empresa tiene que estar presente en internet porque se multiplica exponencialmente la cantidad de potenciales clientes. También es deseable un buen posicionamiento en buscadores, para ser “encontrado” fácilmente.
- Arquitectura / Interiorismo: Si para iniciar la actividad en cuestión se requiere abrir un local comercial, se ha de solicitar al ayuntamiento un permiso de apertura. Asegúrate además de que el diseño de dicho local es coherente con la imagen corporativa y con el modelo de negocio.
Marketing y Comunicación:
Una vez desarrollada la idea de negocio, es importante tener en cuenta cómo y dónde promocionarla. Se han de elegir los medios publicitarios correctos para ello en función de la ubicación y de la actividad de la empresa (radio, internet, buzoneo, vallas publicitarias, etc). Anunciarse con Google Adwords puede ser una buena opción para un negocio local, y Facebook también funciona con empresas creativas o con una identidad visual muy potente.
Aunque no hay recetas mágicas que generen negocios rentables, dejar de invertir en “capital humano” al inicio de tu emprendimiento es garantía de fracaso seguro. En la era de internet, resulta muy difícil “prosperar”. Ya existen grandes empresas con fuertes recursos que ofrecen productos y servicios buenos, bonitos, y baratos. Si quieres emprender con éxito, has de marcar la diferencia con respecto a ellas.
Tienes que generar necesidades que no existen. Y para lograrlo, hay excelentes profesionales a tu disposición, cuyo trabajo no has de contemplar como un gasto, sino como una inversión de futuro.
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