Los métodos de pago están evolucionando a pasos de gigante. Solo tenemos que echar un vistazo a nuestra propia cartera para comprobarlo: donde antes había dinero en efectivo, ahora llevamos una tarjeta de crédito o débito, que nos saca de cualquier apuro sin necesidad de pasar por el cajero. Las transacciones con tarjetas crecen de forma continuada desde 1997 con un promedio anual del 14,16%, según el Banco de España. Estos datos nos permiten hacernos una idea de la importancia que tiene para los comercios adaptarse a este método de pago.
Hoy en día todavía hay un 48% de las pymes que no acepta pagos con tarjeta. Otras que sí están adaptadas no pueden sacarle todo el rendimiento a estos pagos debido a los costes de gestión y mantenimiento que suponen. Sin embargo, cada vez existen más soluciones de dispositivos TPV (terminal punto de venta) que se adecuan a las necesidades específicas de cada negocio.
Uno de los ejemplos más recientes de la innovación en este campo es SetPay. Se trata de una “start-up” gallega que ha creado un TPV móvil. Este pequeño dispositivo se conecta por Bluetooth al teléfono o “tablet” y permite aceptar cobros con la tarjeta en cualquier lugar, simplemente con una conexión a internet. Así los trabajadores a domicilio pueden acabar con las barreras que implicaba utilizar un TPV tradicional. También es útil en otros establecimientos, como los restaurantes, para que los empleados cobren de inmediato sin que los clientes tengan que esperar o hacer cola.
¿Cómo elegir un TPV adecuado para tu negocio?
Sin duda, uno de los principales requisitos para adquirir o cambiar de TPV, ya sea físico o virtual, es que sea capaz de cumplir con los procedimientos que implica la actividad que desarrollemos. Pero además, es recomendable tener en cuenta estos otros factores:
- Seguridad. Una de las mayores ventajas del cobro con tarjeta es que minimiza el riesgo de impago. No obstante, para que el consumidor ceda datos altamente confidenciales, como su número de pin, es necesario ofrecer ciertas garantías de seguridad. Por eso, debes comprobar que el TPV que vas a instalar está autorizado para operar como entidad de pago. Además, infórmate sobre los protocolos de seguridad de los que dispone (3D Secure, SSL, control de IP, etc.).
- Facilidad de uso. No puedes permitirte perder al cliente en el último momento por algún problema con el TPV. Pregunta cómo funciona y aprende a utilizarlo correctamente, sobre todo si optas por alguna solución novedosa.
- Costes. Este es el punto más importante. Como hemos comentado, hoy en día existen multitud de alternativas y el precio es variable entre ellas. Por un lado, debes informarte acerca de si el TPV tiene o no un coste por darte de alta. Por otro lado, hay que tener en cuenta el precio del lector, las comisiones que establecen en cada transacción o la permanencia. Además, en algunos casos es obligado asegurar un saldo mínimo o contratar otros productos adicionales como, por ejemplo, una cuenta bancaria. Todos estos factores son los determinarán el rendimiento que obtiene tu comercio de la venta con tarjeta.
No es ningún secreto que la fase más importante del proceso de compra es la del pago. En el eslabón final de esta larga cadena de acciones podemos encontrarnos con un feliz “sí, quiero” o con un consumidor que decide dar media vuelta y probar suerte en otro establecimiento. Lograr que se produzca la primera opción está en nuestras manos. ¿El secreto? Dar al cliente todas las facilidades posibles de pago sin poner en riesgo el cobro. Para ello, la tarjeta ha demostrado ser la mejor alternativa.