Hubo un tiempo en el que las entidades financieras eran el único medio al que acudir para conseguir un crédito económico. Sin embargo, desde que comenzó la crisis, a la banca le han salido competidores … y muchos. Tantos que hoy en día es posible hacer frente a las necesidades económicas que supone emprender con otras soluciones alternativas. En este post vemos algunas de ellas:
Micropréstamos
Se trata de pequeños préstamos que van desde los 50 hasta los 300 euros aproximadamente. Es posible pedirlos por internet a través de plataformas como Créditocajero. Sus principales ventajas son la facilidad para conseguir el dinero, con tan solo aportar algunos datos básicos, y la rapidez con la que llega a la cuenta (en algunos casos en 10 minutos).
Los micropréstamos son útiles cuando acabamos de empezar nuestro negocio y nos encontramos con alguna pequeña deuda a la que debemos hacer frente de inmediato. Además, a la hora de devolver el crédito los plazos son bastante flexibles, con períodos de hasta un mes. Eso sí, hay que tener en cuenta que cuanto más tardemos a reembolsar el dinero, mayor será el interés que tengamos que soportar, en ocasiones bastante elevado.
Crowdfunding
A estas alturas lo más probable es que ya hayáis oído hablar del crowdfunding o micromecenazgo. Este es un método de financiación colectiva en el que multitud de personas interesadas en que un proyecto salga adelante deciden convertirse en sus inversores. Internet y las redes sociales permiten dar a conocer la idea empresarial rápidamente, con lo que se dispara el número potencial de inversores.
Aunque parece algo reservado para innovadoras empresas tecnológicas, lo cierto es que cada vez hay más mecenas dispuestos a financiar otros proyectos diferentes. De hecho, ya hay plataformas dedicadas exclusivamente a iniciativas relacionadas con el medioambiente, el deporte o la salud.
FFF
O lo que es lo mismo “family, fools and friends”. A ninguno nos gusta tener que pedir dinero a nuestros allegados, pero si nos echan una mano nos facilitarán mucho las cosas: cero intereses y total flexibilidad para devolver el pequeño préstamo. No obstante, hay que reconocer que esta no es una opción para todo el mundo. Si nuestros conocidos no tienen una situación económica estable lo último que querremos será ponerlos en un aprieto.
Business angels
Si lo que queréis es poner en marcha un gran proyecto y necesitáis una inversión elevada, los “business angels” son la opción idónea. Se trata profesionales de la inversión, que operan de forma muy cercana con los emprendedores. Por esa razón también reciben el nombre de “inversores de proximidad”.
Esta es una de las figuras más destacadas en el ámbito empresarial. Una de las mayores ventajas de este mecanismo de financiación es que no solo aporta capital, sino también experiencia y contactos, ya que cuentan con un conocimiento profundo del negocio y del mercado.
Habitualmente, la cuantía que suelen financiar los inversores individualmente va de los 50.000 a los 200.000 euros. En la web de la asociación española de “business angels” encontraréis más información acerca de cómo y dónde encontrar a estos padrinos empresariales.
Subvenciones públicas
Algo que todos los trabajadores por cuenta propia deberíamos hacer periódicamente es comprobar las subvenciones para pymes y autónomos a las que podemos acogernos. Si os estáis planteando emprender, sin duda, las ayudas públicas son una buena forma de conseguir dinero, ya que habitualmente no tienen coste. Para los que ya sois autónomos o tenéis en marcha una empresa, este método de financiación es clave a la hora de hacer inversiones que os permitan innovar o hacer crecer el negocio.
Como contraparte, no podemos olvidar que las subvenciones son solo ayudas. En ningún caso podemos basar todo nuestro proyecto en ellas, ya que no son fáciles de conseguir y además no sabremos cuál es la cuantía que vamos a recibir hasta el último momento. Lo más indicado es informarse bien antes de pedir la subvención en la Agencia de Desarrollo o apoyo a emprendedores de tu localidad.