La principal duda que surge en el núcleo familiar a la hora de realizar la Declaración de la Renta tiene que ver con la forma de presentarla.
¿Cuándo conviene presentar la declaración conjunta? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene?
A continuación descubrirás las diferencias entre la declaración de la renta individual o conjunta y cuándo optar por una u otra.
¿En qué consiste la declaración conjunta?
Cuando se presenta la Declaración de la Renta de forma conjunta se acumulan las rentas de cualquier tipo obtenidas por la unidad familiar.
Además, es importante mencionar que al presentar una declaración conjunta ambos contribuyentes son responsables solidarios de toda la deuda tributaria.
Esto significa que si uno de los miembros no paga a Hacienda, el otro tendrá que asumir posibles cargos adicionales.
Por esa razón, es aconsejable presentar una declaración conjunta solo si ambos contribuyentes confían el uno en el otro financieramente y están seguros de que no hay deudas tributarias o, de haberlas, aceptan asumir dicha obligación de pago.
¿Qué contribuyentes pueden optar a presentar la declaración conjunta?
Los matrimonios con hijos menores o con hijos mayores de edad en situación de incapacidad.
También los que viven en una unión civil o de hecho, aunque en este caso solo uno de los miembros puede conformar la unidad familiar junto con los hijos, el otro tendrá que presentar la declaración individual.
En casos de separación (o divorcio) podrá optar por la declaración conjunta el que tenga la guarda y custodia de los hijos. Si la custodia es compartida podrá realizar la declaración conjunta cualquiera de los dos miembros, teniendo que optar el otro por la tributación individual.
Ventajas e inconvenientes de la declaración conjunta
Esta opción tiene ciertas ventajas.
La principal es que se establece una reducción de la base imponible para este tipo de declaraciones de 3.400 euros siempre que se conviva con los hijos menores o con los mayores incapacitados. En caso de separación, la reducción es de 2.150 euros.
Además, este tipo de declaración permite compensar las pérdidas de forma conjunta, lo que puede suponer un ahorro importante en la presentación de la renta.
Si un miembro ha ganado en sus inversiones y el otro ha perdido, podrán compensarse ambas, algo que no ocurre en caso de optar por la declaración individual.
Entre los inconvenientes encontramos que los tramos del IRPF se mantienen intactos, por lo que es fácil deducir que esta modalidad no siempre resultará interesante. Solo lo será en los supuestos que comentaremos en el siguiente apartado.
Otro inconveniente es que ambos contribuyentes son responsables solidarios de toda la deuda tributaria que haya o que pueda surgir.
¿Cuándo compensa presentar la declaración conjunta?
En general, presentar una declaración conjunta es beneficioso para las parejas con ingresos muy diferentes. El carácter progresivo de la escala de impuestos hace que, en estos casos, el importe total a pagar sea menor que si cada contribuyente presentara su declaración individualmente.
Los casos más frecuentes donde sí compensa presentar la declaración de forma conjunta son los siguientes:
- Solo uno de los miembros trabaja.
- Uno de los miembros gana poco dinero.
- Ambas partes invierten y obtienen rendimientos diversos.
Esto se debe a que, cuando los ingresos de ambos contribuyentes son muy diferentes, el miembro de la pareja con mayores ingresos paga una mayor parte del impuesto adeudado sobre el total de los ingresos.
¿Cuándo es recomendable presentar la declaración individual?
Muchos se dejan llevar por la jugosa reducción de la base imponible que ofrece la declaración conjunta (3.400 euros), pero a la hora de la verdad solo compensa en casos muy concretos.
La declaración individual suele ser la opción más recomendable cuando ambas partes trabajan a jornada completa, ya que de ese modo podrán aplicar un mínimo personal de 5.550 euros en cada una de las declaraciones individuales.
La declaración por separado suele ser fiscalmente más beneficiosa para las parejas con ingresos similares.
También será más interesante a la hora de deducir la compra de una vivienda o el alquiler, aunque en este caso conviene estudiar el caso con más detalle.