Cuando eres capaz de vincular un gasto con tu actividad (al 100%) y puedes justificarlo mediante la correspondiente factura, ese desembolso tendrá la consideración de gasto deducible.
El problema viene cuando los gastos mezclan una parte profesional y otra personal.
Ahí la cosa se complica y entra lo que conocemos como gastos de difícil justificación.
En esos casos la vinculación del gasto con el negocio no llega a ser completa.
Eso suele ocurrir con el gasto del teléfono móvil (si lo usas para trabajar y para uso personal), de la gasolina o de la luz.
Te contamos cómo funcionan los gastos de difícil justificación para los autónomos y qué hacer para imputarlos correctamente.
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¿Qué son los gastos de difícil justificación?
Los gastos de difícil justificación son aquellos que no puedes vincular de forma inequívoca con tu negocio.
Ese es el criterio.
Si el gasto es necesario e imprescindible para tu negocio, será considerado como deducible, en caso de que aparezcan dudas sobre su posible uso personal pasaría al grupo de difícil justificación.
Este tipo de gasto tiene un tratamiento muy diferente para el autónomo.
Los gastos de difícil justificación más comunes para el autónomo
Los gastos derivados del uso del coche son algunos de los más comunes.
Muchos autónomos usan su vehículo en el trabajo, pero también en la vida privada. Cuando eso ocurre, el gasto pasa a ser de difícil justificación.
El teléfono móvil es otro buen ejemplo.
Solo podrás deducirlo si tienes una línea reservada para el uso profesional.
En caso de utilizar el teléfono para otras tareas, debes considerarlo como gasto de difícil justificación.
Además, si trabajas desde casa, también serán de difícil justificación los gastos de suministros de la vivienda.
No podrás deducírtelos al 100%, pero si demuestras que usas una zona de la vivienda para trabajar, Hacienda te permitirá deducir el 30% del suministro de la parte proporcional de la vivienda que dediques a tal fin.
¿Cómo deducir los gastos de difícil justificación?
Todos los gastos que no puedas vincular completamente con tu negocio, pero que sean importantes para realizar tu actividad profesional, tendrán una deducción del 5%.
Podrás aplicarla si:
- Perteneces al régimen de estimación directa simplificada.
- Tienes un rendimiento neto superior al gasto.
- En el año anterior, el importe neto de la cifra de negocios ha sido inferior a 600.000 euros.
El límite anual para los gastos de difícil justificación es de 2.000 euros.
Cálculo de la reducción del 5%
Para calcular los gastos de difícil justificación debes conocer los beneficios del último año fiscal. Pongamos un ejemplo:
- Ingresos: 55.000 euros.
- Gastos: 25.000 euros.
- Beneficios: 30.000 euros.
Los gastos de difícil justificación para este autónomo serían 30.000 euros x 5% = 1.500 euros.
Recuerda que esa cifra es anual y no puede superar los 2.000 euros al año.
A partir de ahí, podrás aplicarlos en el modelo 130 (trimestral) o al hacer la declaración de la renta (anual).
¿Tienes dudas sobre cómo integrar los gastos de difícil justificación en tu negocio?
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