Pese a que en los últimos años, el número total de autónomos ha decrecido de forma considerable, tanto entre los hombres como entre las mujeres, debido en gran parte a la difícil situación económica por la que atraviesa el país, las mujeres han comenzado a tomar un papel verdaderamente relevante dentro de este colectivo.
Tradicionalmente, el número de mujeres autónomas ha sido muy inferior al de hombres, no llegando durante muchos años a conformar un tercio del total de trabajadores autónomos. Pese a que el tanto por ciento de mujeres sigue manteniéndose más o menos en esta cifra, se advierte un cierto incremento en el número de mujeres respecto del total durante los últimos cinco años, lo que revela un despertar del emprendimiento entre las mujeres españolas pese a la crisis.
Tanto es así que en diciembre de 2007 las mujeres representaban aproximadamente algo más del 32% de los trabajadores autónomos en España, mientras que en diciembre de 2013 este porcentaje aumenta casi hasta el 35%. El incremento, de algo menos de tres puntos, puede parecer poco significativo, pero sí muestra el inicio de una tendencia al alza en un contexto de recesión económica.
Ésta tesis se sustenta si aumentamos la perspectiva y apuntamos que, en 2005 las mujeres suponían el 31,7%, lo que demuestra incremento ligero pero constante del peso de la mujer dentro del colectivo de autónomos.
Los datos indican, por tanto, que son los hombres los más afectados por la crisis. Esto se debe a que son los sectores que tradicionalmente se asocian con el género masculino los más golpeados por la situación económica, véase la construcción, el sector agracio o la industria.
Prueba de ello es el descenso de afiliaciones a la Seguridad Social entre el género masculino, que en un periodo de 6 años ha decrecido en un 2,3%, pasando de representar el 67,7 por ciento de los autónomos a poco más del 65,1 por ciento.