Cada 28 de diciembre sale a relucir dos tipos de personas: los ingeniosos frente a los más ingenuos; los que gastan inocentadas frente a quienes las reciben. Por suerte para los comunes mortales y su ritmo cardiaco el día solo tiene 24 horas.
Pero para los autónomos (no, no somos comunes mortales) las inocentadas, más pesadas y reales que de costumbre, se suceden a lo largo de los 365 días. De hecho, el autónomo es el único donante de corazón que permanece vivo. Y todo ello no es fruto de la ficción sino de la cruda realidad. Eso sí, al menos se las ve venir.
Cuota fija de autónomos
Cada 30 o 31 del mes llega sin piedad a tu cuenta bancaria. La actual cuota de autónomos es lo más parecido a una broma de mal gusto. 275 euros es el precio a pagar por ser autónomo sin importar si facturas cuatro euros o 4.000.
A ello se suma el panorama de los últimos dos años. Ese que, ante la ausencia de Presupuestos Generales del Estado, ha propiciado que se congelen las bases y cuotas mínimas para a mitad de año recibir el susto de la subida. Humor, sí, pero del negro.
Morosidad: el problema de los impagos
Negros nos ponemos cuando un cliente tarda hasta dos meses en pagar una factura, en concreto 71 días, según apunta la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA); lo triste es que cuando el cliente te da larga o te da una excusa surrealista, al final no te suelta aquello de – “¡Que es broma!”.
La morosidad es el lastre de los autónomos año tras año. La ley contra morosidad no consigue reducir al máximo un problema que afecta directamente a la liquidez del trabajador por cuenta propia.
IVA de facturas no cobradas
Sigues esperando el pago de un servicio que has prestado hace un mes y medio y no tiene liquidez; es entonces cuando llega la inocentada de las inocentadas, la más “graciosa” de todas: el IVA trimestral. En ese momento esperas que llegue un funcionario de Hacienda para entregarte un ramo de flores y pegarte en la espalda el monigote de los que sufren una inocentada pero te quedas con las ganas. Entonces te planteas solicitar el aplazamiento ante Hacienda.
Inspección sorpresa
De repente llega un par de señores muy serios a tu negocio para pedirte las facturas de los últimos seis meses o el registro de jornadas a tiempo parcial del trabajador que tienes en plantilla. No, no se trata de una broma con los Men in black como cebo; son inspectores que vienen a darte un posible zasca. Mantén el tipo y saldrás airoso.
Cobertura sociales: las consecuencia de cotizar por la mínima
Decíamos al inicio que las que sufre el autónomo son inocentadas que se ven venir. Máxime en este caso, cuando después de haber estado toda tu vida cotizando por la base mínima te percatas de que tu pensión por jubilación apenas sobrepasa los 700 euros; o de que no tienes cobertura sanitaria por un accidente de trabajo.
El día de hoy es solo un excusa para señalar algunas de las problemáticas que afronta el autónomo y son lo más parecido a una broma. Aunque en este caso, más que nunca, podemos decir que la realidad supera a la ficción.
Pero quedémonos con el mensaje positivo de este artículo tratado con humor. Estas situaciones fortalecen al autónomo y lo dotan del espíritu luchador y constante que tanto favorece el éxito de los proyectos.