Uno de los enemigos más temidos por un autónomo o empresario es, junto a la falta de clientes, la morosidad de estos. Y es que los clientes morosos pueden ocasionar un grave perjuicio para tu negocio, llegando incluso a poner en cuestión la continuidad del mismo, especialmente cuando tu cartera no es especialmente amplia.
Por esta razón, al igual que a principio de año prevés gastos e ingresos o estableces un plan de tesorería o crecimiento, hacer un ejercicio de previsión en lo que a morosidad se refiere solo puede ser positivo para tu negocio. Consultar la situación financiera de tus clientes y sus posibles impagos en ficheros de morosos como el RAI o Registro de Aceptaciones Impagadas es el primer paso.
Confirma en el RAI y establece un plan para reclamar la deuda
Y es que indicadores de una mala situación económica hay varios: excusas en el momento de pago, tratar de renegociar los plazos, dificultad para contactar… Si tienes sospechas de que entre tus clientes hay peligro de morosidad, el primer paso es confirmar en una fuente de información oficial si tienen alguna deuda pendiente de pago y que no han satisfecho en el tiempo establecido para ello.
El RAI es una de las listas de morosos más importante de España, junto al EBE o ASNEF. Contiene información de impagos de personas jurídicas con deudas iguales o superiores a 300 euros. Son las cooperativas de crédito, bancos y cajas de ahorro las entidades encargadas de alimentar este registro de morosidad. Se trata por lo tanto de un fichero de carácter privado, aunque es posible acceder a través de servicios electrónicos como los de eInforma.
Si efectivamente tu cliente está presente en el RAI, es el momento de pasar a la acción y establecer una serie de medidas para exigir lo que es tuyo.
Consulta e infórmate
Hablar con otros proveedores del cliente puede ayudarte a calibrar la verdadera magnitud del problema, si es puntual, la deuda total es pequeña y por lo tanto solucionable o si por el contrario es ya un mal endémico y tiene difícil solución. Llegado el caso, podéis incluso preparar acciones conjuntas para reclamar vuestro dinero.
Constancia y seguimiento
No dejes pasar la deuda. Empieza a reclamarla desde el primer momento en el que haya incumplimiento e insiste. Normalmente, cuanto más se tarda en cobrar las deudas más se favorece a la empresa morosa, que puede acabar desapareciendo sin hacerse cargo de sus deudas.
El contacto personal es siempre más eficaz
Antes de enviar un burofax reclamando la deuda o hacerlo por cualquier otro método, trata de establecer contacto cercano con el deudor, ya sea de manera personal o telefónica. Cuida las formas, no seas tajante desde el principio, trata de hacerle ver con un tono cordial y amable la importancia para tu negocio de recibir ese dinero. Intenta que reconozca esa deuda y sacarle un compromiso de pago en un tiempo definido. Avísale también de las consecuencias que estar en un registro de morosos como el RAI tiene para su negocio. Si no consigues entablar contacto directo, envía el burofax para que todo quede por escrito.
Documenta el proceso
A colación del anterior punto, y como no sabes si el proceso acabará en una solución amistosa o en los tribunales, es necesario que documentes todos los pasos que has dado para cobrar esa deuda. Llegado el caso de tener que presentarte ante un juez, necesitarás todas las evidencias.
Negocia soluciones
Si percibes que el moroso tiene intención de pagar, que para él también es negativo estar en esta situación y que de verdad siente no poder satisfacer su deuda pero quiere hacerlo en cuanto pueda, trata de llegar a un acuerdo y proponle soluciones alternativas (pago en plazos, intercambios, reducción por pronto pago…). Al final, mejor será cobrar una parte que nada.