¿Tu negocio está progresando o simplemente sobreviviendo?
Este tipo de preguntas suelen darse con cierta frecuencia.
Existen varios ratios y fórmulas que ayudan a la hora de comprender cómo evolucionan los negocios, su viabilidad y su salud financiera.
Uno de esos indicadores es el capital circulante.
Descubre en qué consiste, cómo se calcula y por qué es vital para las pymes y los autónomos.
¿Qué es el capital circulante?
El capital circulante es la diferencia entre el activo circulante y el pasivo circulante de una empresa.
Representa la cantidad de recursos que una empresa tiene a su disposición para financiar las operaciones diarias y cumplir con sus obligaciones a corto plazo.
Es decir, se trata de un indicador financiero que permite conocer la liquidez de la empresa.
¿Cómo se calcula?
Antes de calcular el capital circulante necesitas conocer la composición del balance de la empresa, que se divide en activo y pasivo (ambos deben sumar el mismo importe).
- En el activo se encuentran los bienes y derechos como el inmovilizado, las inversiones financieras, las mercaderías o la tesorería. Se divide a su vez en activo no corriente (largo plazo) y activo corriente (corto plazo).
- En el pasivo encontramos todas las obligaciones como los acreedores o las deudas. Se divide en patrimonio neto (capital y reservas), pasivo no corriente (deudas a largo plazo) y pasivo corriente (deudas a corto plazo).
Con esto en mente, el cálculo es sencillo:
Capital Circulante = Activo Corriente – Pasivo Corriente.
Aquí puedes ver más claro que el capital circulante, también conocido como capital de trabajo, hace referencia a los recursos de corto plazo que una empresa utiliza para financiar sus operaciones diarias y mantener su funcionamiento.
Es vital para garantizar la supervivencia de la empresa en el corto plazo.
Características del capital circulante
El activo circulante es una pieza esencial en la estructura financiera de cualquier empresa.
Es el pulso financiero de corto plazo de una empresa que brinda la agilidad y solvencia requeridas para atender compromisos y garantizar operaciones diarias sin contratiempos.
Además, tiene estas otras características:
- Posee una alta capacidad de conversión en efectivo, pero su periodo de disponibilidad se restringe a menos de un año.
- Es el recurso principal para cubrir los gastos rutinarios y esenciales de la empresa, permitiendo su continuo funcionamiento.
- Incluye las deudas que no hayan abonado los clientes.
- También se incluyen las materias primas del inventario y los productos en stock.
El dinero en efectivo y el depositado en entidades bancarias, son otra parte esencial del activo circulante.
Cuentas que conforman el capital circulante
Se incluyen las mercaderías y las materias primas (en curso o terminadas).
Son todos los productos susceptibles de venderse a corto plazo y, por tanto, de generar liquidez.
- Cuentas: 300 y 310.
- Cuentas: 430 y 431. Clientes: se incluyen los efectos pendientes de cobro por parte de los clientes.
- Cuentas 570 y 572. Tesorería: la tesorería engloba todo el dinero en efectivo y aquel que figura en las cuentas bancarias y del que se puede hacer uso.
¿Por qué es tan importante este indicador financiero?
El concepto de capital circulante es esencial para entender la viabilidad del negocio.
Con esta información se tiene constancia del dinero disponible en los próximos meses.
Gestionar correctamente estos datos ayudará a hacer un correcta gestión de la liquidez.
Si el capital circulante es positivo quiere decir que el activo es mayor que el pasivo y, por tanto, habrá una buena salud financiera para hacer frente a los pagos.
Si esta indicador es negativo, el pasivo será mayor que el activo. En este caso no habrá suficiente capacidad para atender las deudas.
Si se dispone de esta información con antelación, la empresa podrá actuar solicitando financiación o renegociando los vencimientos con clientes y proveedores.
El capital circulante resulta esencial para todo tipo de negocios, incluyendo los que gestionan las pymes y los autónomos.
Este indicador permite conocer la salud del negocio y tomar acción para garantizar la viabilidad de la empresa.