En un contexto en que la viabilidad de las pensiones se encuentra en duda, son muchas las personas que deciden permanecer en activo. Desde hace un tiempo es posible cobrar la pensión y trabajar como autónomo a la vez gracias a la jubilación activa.
Se trata de una alternativa promovida por el Gobierno que, para incentivar la actividad, decide proporcionar beneficios a los que optan por seguir este camino.
Jubilación activa para autónomos
Los motivos pueden ser muy diversos. Quizás porque decides comenzar ese proyecto postergado, o porque tienes tu propia empresa y no quieres dejar todo ese esfuerzo atrás. La cuestión es que existen algunos casos en los que la Seguridad Social permite compatibilizar la jubilación del autónomo con la continuidad de su labor por cuenta propia.
Para estas situaciones se estipula que el desarrollo de la actividad independiente tenga un límite de ingresos anuales que no superen el salario mínimo interprofesional. Aunque si eres el propietario del negocio puedes mantener la titularidad y las funciones inherentes.
A cambio, podrás cobrar el 50% de la pensión a la que tienes derecho, excluyendo el complemento por mínimos. Esto es independiente de la jornada laboral o la actividad que realices. Además, los posibles incrementos se aplicarán de igual manera en la jubilación del autónomo.
Por otra parte, los trabajadores por cuenta propia también pueden llegar a cobrar el 100% de la renta siempre y cuando cumplan con el requisito de tener al menos un trabajador contratado por cuenta ajena.
Durante el período en el que apliques la jubilación activa pierdes el derecho a los complementos por pensiones. Sin embargo, cuando cese tu ocupación recuperarás el importe íntegro.
Jubilación activa para asalariados
Si eres trabajador por cuenta ajena también puedes disfrutar de estos beneficios. La primera opción es la jubilación parcial. Para acceder, debes tener al menos 60 años y cumplir con las condiciones exigidas.
En esta, se reduce la jornada laboral y el salario varía entre un 25% y un 50% como máximo. Para poder hacerlo, la Seguridad Social exige que tengas al menos un período de cotización de 15 años.
La empresa tiene la opción de contratar otro trabajador de relevo para afrontar esta reducción de tu jornada laboral. En este caso, los requisitos cambian y se necesitan 33 años de cotización como mínimo y 6 de experiencia en la empresa. Además, hay otra opción: la jubilación flexible. En este marco puedes acceder a un trabajo a tiempo parcial, de entre el 75% y el 50% de la jornada completa, siempre que ya hayas ingresado a la prestación por jubilación de la Seguridad Social.
Incentivos para la jubilación activa
Por un lado, encontrarás reducciones en tus obligaciones fiscales. Tanto la empresa como tú cotizaréis en el Régimen General mientras dure la actividad compatible con la pensión.
Asimismo, quedarán sujetos a una cotización especial de solidaridad del 8%, que se reparte en un 2% por parte del trabajador y un 6% aportado por el empleador. Pero esto repercutirá en la prestación que percibas al cesar la actividad autónoma. Quienes se jubilen a una edad superior a la legal y cumplan con el período mínimo de contribución verán incrementada su pensión por cada año cotizado. El porcentaje en que lo haga dependerá de la cantidad de años que acumules de aportación.
Nuevos caminos y opciones
Seas autónomo o asalariado es muy importante contar con información. Si bien el sistema puede resultar un poco engorroso de entender, siempre existe la posibilidad de buscar ayuda profesional. En nuestra asesoría fiscal online te ofrecemos junto a la gestión de los trámites y obligaciones fiscales, el asesoramiento necesario para tener claro cómo tributar y cobrar la pensión según tu trabajo.
Si has alcanzado la edad oficial de jubilación y te ves con ganas de continuar, estos incentivos son una alternativa interesante que te permitirán tanto reducir el ritmo de la actividad, como equilibrar tu economía.