Blog
¿Cuándo hay que decir “no” a un cliente?
4 razones por las que necesitas un asesor para tu Renta 2018Qué debes saber sobre el derecho a baja del autónomo¿Qué es BADEXCUG y cómo puede ayudar a mi empresa?Se convocan ayudas para pymes que apuesten por la eficiencia energéticaVenta consultiva: claves de aplicación para el pequeño comercioEl acceso al cese temporal de actividad no exige baja en Seguridad Social y HaciendaContratos públicos al alcance de los autónomosCambios en la cotización de los pagos en especie5 Claves para conseguir trabajo online como freelanceEl termómetro económico de las franquiciasLas 7 mejores herramientas de email marketingProcedimiento monitorio: cómo afrontar el impago de facturasInforme Fundetec sobre los trabajadores autónomos y las TICLuz verde a las ayudas para autónomos por caída de ingresos debido al Covid – 19Qué es la invitación al pago de la Seguridad SocialCoronavirus: las implicaciones del cese temporal de la actividadCómo queda el paro de los autónomos tras la reforma de las cuotas¿Puede un autónomo cobrar el Ingreso Mínimo Vital?Por qué creer en tu empresa es el primer paso para crecer10 soluciones de ahorro en la Renta 20195 hábitos que están destruyendo tu capacidad para dirigir tu negocioGuía para ser autónomo: cómo, cuándo y por qué hacerse autónomoCómo afectará el Brexit a autónomos y pymesStreak: una herramienta gratuita para mayor productividad de GmailMejoras en módulos, moratoria hipotecaria y maternidadFrançois Derbaix, autónomo emprendedor de negocios web

TE LLAMAMOS GRATIS

Este campo está oculto cuando se visualiza el formulario

¿Quieres añadir más información?

Este campo está oculto cuando se visualiza el formulario
Este campo está oculto cuando se visualiza el formulario
Este campo está oculto cuando se visualiza el formulario
Este campo es un campo de validación y debe quedar sin cambios.

¿Cuándo hay que decir “no” a un cliente?

Resumen > Trabajar con un cliente que no nos conviene es como echarnos piedras a nuestro propio tejado, como marcarnos un gol en portería propia

Actualizado el 15 de enero de 2025

1 minutos de lectura

Por Nuria

Son solo dos letras, pero hay qué ver lo difícil que resulta pronunciarlas.

Saber decir “no” es una lucha que llevamos librando desde que apenas levantábamos tres palmos del suelo. Y, ahora, en algunas ocasiones nos cuesta hacerlo tanto o más que entonces. Sobre todo, si se trata de un cliente. Ya dice el refranero popular, sabio como nadie, que “quien paga, manda”. Así que rechazar a un cliente o negarle alguna de sus demandas equivale a esa sensación de enfrentarse a un jefe.

La cuestión es que decir “no” cuando de verdad hay que hacerlo tiene muchas ventajas. Pensad que aceptar algo que va en contra de nuestros principios empresariales es como echar piedras a nuestro propio tejado, como marcarnos un gol en portería propia. Por eso, si no queremos perjudicar la reputación de nuestro negocio es importante que sepamos distinguir en qué ocasiones no nos conviene prestar servicio a un determinado cliente. Antes de decir “sí”, deberíamos hacernos estas preguntas:

  • ¿Estamos capacitados para hacer el trabajo? Si no somos verdaderos profesionales en esa área, mejor declinar el proyecto. De lo contrario, el resultado será un trabajo frustrante y un cliente insatisfecho, que puede generar una mala publicidad a nuestra empresa.
  • ¿Son asumibles los plazos que propone? No podemos comprometernos a aquello que no vamos a cumplir. En el caso de que se dé una situación de este tipo, el primer paso es intentar negociar una fecha de entrega más amplia. Si no lo conseguimos, te aconsejo que rechaces el trabajo.
  • ¿Hay una buena comunicación? Muchas veces, para que el proyecto salga adelante es necesaria una colaboración en equipo. Cuando la relación empresa-cliente es de mala calidad lo mejor es dejar de trabajar juntos.
  • ¿Está el cliente dispuesto a pagar un precio justo? Todos nos hemos encontrado alguna vez con clientes que se empeñan en regatear y discutir cada céntimo. También los hay quienes con un presupuesto muy ajustado añaden progresivamente servicios que no estaban en el contrato inicial. Ante estos casos, debemos saber poner en valor nuestro trabajo y no malvender lo hacemos.

Cómo decir “no”

Seguramente el “cómo” es lo que más os preocupa. Lo cierto es que no es sencillo, pero la honestidad es un valor que dice mucho de la profesionalidad de una empresa. Quizá rechazar ahora un cliente que no estamos en disposición de atender como merece, nos permitirá contar con él en el futuro para otros proyectos.

Es muy importante que mantengamos siempre las formas, aun cuando el trato con el cliente haya sido complicado. Ser amables y explicarle los motivos por los que declinamos la oferta es fundamental. Además, podemos ofrecerle otras alternativas para que pueda desarrollar su proyecto.

Nuria

Web de referencia en información y servicios para autónomos emprendedores y pymes

¿Quieres acceder a recursos que te facilitan el día a día como autónomo?

Regístrate GRATIS y accede guías de facturación y contabilidad, plantillas para gestionar tus ingresos y gastos, ventas y mucho más….