Decía el psicólogo estadounidense Abraham Maslow que el estrés divide a las personas en dos grupos: las que son demasiado débiles para soportarlo y las que son suficientemente fuertes para enfrentarse a este mismo estrés.
Un emprendedor estresado lo único que genera es ansiedad, en vez de eficiencia y acción inteligente. Por eso es muy importante aprender a gestionar esos momentos y no dejarse llevar por las corrientes negativas.
Para ello es fundamental reconocer que el estrés “nos está causando problemas y bloqueos tanto físicos como mentales”, según recomienda Victoria Ambrós, instructora de Mindfulness y CEO del Programa Destres para generar entornos de trabajo saludables y Autora del libro Técnicas de Reducción de Estrés.
“El estrés no es más que la tensión que provocan emociones como la ansiedad, el miedo, la rabia, la preocupación, etc.”, según destaca Víctor Pacheco, CEO de Activa Talento, consultora de Alto Rendimiento Directivo, que, considera que “la clave para superarlo está en aprender a gestionar emociones”.
¿Cómo prevenirlo?
Trabajando la Inteligencia Emocional. Pacheco afirma que el autocontrol de las emociones eleva la confianza y autoestima del emprendedor, manteniendo el estrés y la presión en un nivel óptimo para pensar con claridad y evitar los bloqueos, la fatiga mental y el insomnio. De ahí la importancia de la IE.
Respiración, cuerpo y mente. Lo más práctico, accesible y además gratis (importante cuando se es emprendedor) es utilizar la atención mental focalizándola en sentir nuestra respiración. Ambrós lo recomienda ya que así disminuiremos el nivel de “hiperactividad y dispersión mental”.
Aprender a decir “no”. El estrés generado no solo se debe a la mala organización, sino también al procesamiento multitarea y a la dispersión mental. Es decir, queremos llegar a controlar todo lo que se mueve y esto no es posible. Nos convertimos en hombres o mujeres orquesta, controlando todo y aceptando compromisos que no nos reportan beneficios recayendo en nuestra salud y de los que nos acompañan, según detalla Ambrós.
Saber priorizar. Planificar de forma realista significa tener claro cuáles son las tareas prioritarias, medir el tiempo productivo real disponible en el día, quitando desplazamientos, reuniones, llamadas, imprevistos, etc., y decidir qué tareas hacer en el mejor momento. A veces el estrés nos lo provocamos nosotros mismos la gran mayoría de las ocasiones, cuando no contamos con una correcta planificación diaria, cuando se acepta más trabajo del que verdaderamente podemos hacer, o cuando no tenemos la capacidad de decir no a las interrupciones irrelevantes de clientes, colaboradores, proveedores. Desarrollar unos buenos hábitos productivos nos será de gran ayuda.
Calidad a cantidad. Es más coherente crear una lista de espera o incluso rechazar trabajo que, finalmente, no se hará bien y que repercutirá negativamente en nuestra imagen. Al ser de mayor calidad tus márgenes podrán subir y diferenciarte de la competencia.
Ejercer la autodisciplina. Hay que evitar que lo importante llegue a la categoría de urgente porque, de lo contrario, nos convertimos en apagafuegos en lugar de gestores de una empresa. Y precisamente lo que necesitamos es crecer como gestores y fomentar nuestras habilidades directivas.
Hacer deporte o practicar Yoga. En este sentido, Victoria Ambrós matiza que el yoga aporta “claridad mental, aumenta nuestra capacidad de concentración y facilita la toma de decisiones con la mente despejada, lo que nos evitará rectificaciones y tener que dar marcha atrás”.
Prevenir las consecuencias del estrés es mejor que reaccionar una vez que se han producido.
Optimismo. Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto Walter International, acostumbrado al trato con emprendedores, narra que, cuando se organiza un viaje a un lugar especial hay estrés, por el avión, por planificar, por hacer la maleta, por cuidar los detalles, etc., pero dicha sensación “da vida y genera ilusión y ganas de hacer”. Comenta también que eso, el buen emprendedor sabe usarlo a favor, “porque siempre estamos aspirando a algo mejor, siempre estamos maquinando ese viaje empresarial hacia el futuro que nos ilusiona, “nos pone” y nos hace que disfrutemos, quizá con cierto masoquismo, de todas esas dificultades que vamos superando en el camino”.
Además, la motivación en el entorno laboral es otra clave para evitar situaciones de estrés. Adecco Training, la consultora especializada en formación del Grupo Adecco, pone de manifiesto que la motivación es el área de formación que más ha crecido este último año. El 96% de las compañías consultadas por Adecco Training cree que desarrollar un entorno feliz entre los trabajadores mejora la productividad y, por tanto, los resultados económicos de la empresa.
Por tanto, digamos adiós al estrés porque a veces somos nosotros quienes abrimos la puerta a este problema.
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