Con este post queremos darte cinco buenos motivos para animarte a comprar en las tiendas de barrio y hacer un llamamiento para que apoyemos entre todos al comercio de proximidad, una seña de identidad muy importante en nuestros barrios, pueblos y ciudades.
En la constante pugna entre tradición y modernidad, el pequeño comercio, que constituye una parte fundamental del sector retail, se enfrenta en desventaja a los retos que plantean las nuevas formas de consumo y de gestión empresarial, con las grandes superficies y el comercio online a la cabeza.
Son muchas las ventajas que nos ofrecen nuestras tiendas de barrio así que no dudes en visitarlas, necesitan el apoyo colectivo para ofrecer un servicio mejor. Se trata de una lucha por la supervivencia de los valores que las tiendas de barrio representan, y es que apostar por ellas es hacerlo por la economía local, el servicio personalizado, la empresa familiar, las ciudades vivas y una menor contaminación, ¿nos ayudas?
1.Atención personalizada
Una de las grandes ventajas del comercio de barrio es la atención personalizada que te ofrece el tendero o dependiente. Es probable que tengas dudas sobre tu compra, por eso pregunta y explícale qué necesitas y seguro que te dará los mejores consejos. Además, a menudo el dependiente es el dueño de la tienda, incluso la persona que recolecta y cultiva esos productos convirtiéndose en todo un especialista de su género.
Nada como una buena floristería donde podrás comparar tonalidades u olores, ese farmacéutico que te aconseja qué pomada usar cuando te pica un insecto, o la chica tan amable que te aconsejó qué harina era mejor para preparar un postre.
Por otro lado, te acostumbrarás a preguntar e informarte y así saber diferenciar cada producto, aprenderás a relacionarte y, seguramente, acabarás teniendo una experiencia de compra agradable llegando a casa con una gran sonrisa.
2. Mejora la economía local
Comprando en estos comercios estarás apoyando a los ganaderos y agricultores que trabajan directamente con las tiendas donde proveen productos frescos y de calidad.
Si este tipo de comercio muere con la proliferación de las grandes superficies, muchas personas perderían su empleo y nosotros perderíamos el cultivo fresco y de calidad que disfrutamos todos los días y que no solemos encontrar en las grandes cadenas.
Además, muchos de los productos generados en nuestra economía local pueden tener el certificado de comercio justo, garantizando que ningún trabajador ha sufrido injusticias en la producción o distribución de los mismos.
3. Protege la empresa familiar
Cuando hablamos de que el comercio de proximidad sigue un modelo tradicional también hablamos, en muchos casos, de tradición familiar; es decir, pequeños comercios que van pasando de padres a hijos con los conocimientos de una larga trayectoria; muchos de ellos aun gremiales. Este tipo de modelo está hoy en día en peligro de extinción, ya que el tema de la sucesión dificulta su continuidad.
La empresa familiar en España (que representa el 90% de las sociedades mercantiles) suele estar constituida por comercios que aportan valor al tejido económico y dejan huella cuando echan el cierre. Pero no solo dejan huella, sino que hay que tener en cuenta que el 70% de los empleos del sector privado proceden de la empresa familiar, siendo una fuente valiosa de empleo por la que hay que seguir apostando.
4. Reaviva los centros urbanos
Seguro que has pasado por una zona de tu barrio donde antes la gente pasaba la mañana haciendo sus compras o paseando y ahora se ha convertido en una zona residencial. Es importante no perder la esencia comercial de los centros urbanos para que esas tiendas que tanto nos ayudan no echen el cierre.
Caminar por las calles de tu barrio encontrando todo lo que necesitas a un paso es un placer que deberíamos de valorar mucho más.
5. Menor contaminación
Al desplazarnos por el barrio a pie sin necesidad de utilizar coche estamos reduciendo la contaminación en nuestras ciudades y, por lo tanto, estamos apoyando el comercio sostenible y ecológico.
Por otro lado, muchos de los comerciantes minoristas apuestan por el producto local, de modo que no es necesario que la mercancía realice largos trayectos desde otros países reduciendo así considerablemente la contaminación. Además, se reducen también los residuos plásticos derivados de los embalajes protectores.
Si es cierto que muchos de los pequeños comercios están en proceso de adaptación a los nuevos tiempos y a la digitalización. La tecnología es una herramienta todavía infrautilizada y que puede ayudar a impulsar y renovar este tipo de negocios.
Herramientas informáticas como un software TPV y de gestión de stocks que te ayudará a optimizar márgenes y la relación con proveedores, uno de facturación que te ayudará a gestionar y documentar de una forma sencilla tus ingresos y gastos, las redes sociales como herramienta de captación y fidelización de clientes; sin olvidar la importancia de tener una página web, especialmente si se decide dar el salto al mundo online y el comercio electrónico.
Y es que también un pequeño comercio no solo puede, sino que debe, tener una estrategia empresarial, eso sí, adaptada a su tamaño.