¿Has oído hablar de la productividad? Se oye hablar mucho de ella, en especial en la época de recesión que nos toca vivir como indicador que refleja la eficiencia con que se gestionan personas, capital o conocimientos puesto que, con anterioridad, trabajadores y empresas en su conjunto se sentían blindados ante una competencia global.
En la actualidad muchas empresas ven amenazada su continuidad debido, en parte, a esa competencia global que nos invade y a que los datos de los últimos años en España no han sido especialmente halagüeños, ya que nuestros índices de competitividad se sitúan por detrás de Malasia, Qatar o Chile. Una información que refleja la gravedad de la situación en la actualidad en este sentido y que nos hace plantearnos cómo podemos superarla en la gestión diaria de nuestro negocio.
Las tres áreas de la productividad
1.- No es cierto que se trabaje mucho. Sí es verdad que estamos acostumbrados a muchas horas de presencialismo tras una mesa, esperando que el jefe nos vea antes de salir por la puerta, indicando que estamos atareados (sin llegar a explicar que en algún caso, sea viendo las novedades de las redes sociales). Hemos estado tan absortos en no ser el primero en salir por la puerta que se nos ha olvidado el motivo real por el que estábamos sentados detrás de aquella silla y frente a aquel ordenador.
Existen numerosos artículos y estudios que demuestran que este bajo índice de productividad se debe, en muchas ocasiones, a alguno de los ejemplos clásicos, como son las comidas copiosas, los negocios que se cierran en un local de hostelería, los largos descansos y, cómo no, las reuniones inacabables e ineficaces, que se institucionalizan por hábito y que realmente no contribuyen a la verdadera mejora de resultados.
No es menos cierto que si una organización no funciona la responsabilidad es de los dirigentes, así que ten presente si lo estás haciendo bien o si hay algo que debas cambiar (y, en este caso, no esperes a mañana: hoy es el mejor día)
2.- ¿Los mandos intermedios son los causantes de nuestro aumento de productividad? En general, las personas que ocupan estos puestos no dedican tiempo suficiente a formar a todos los estratos de la organización bajo su responsabilidad y,añadido, tienen un bajo compromiso por su parte frente a la organización…
Deben tener los medios y conocimientos para que puedan estar al día en su profesión y puedan conocer las estrategias y los objetivos de la empresa ya que, para aumentar la productividad, no es necesario trabajar más horas, ni siquiera más capital, pero sí es fundamental que se trabaje de una forma más inteligente.
3.- ¿La productividad está relacionada sólo con las máquinas, no le atañe a las personas? La productividad es mucho más compleja que una máquina. Las personas y su correcta gestión pueden marcar la diferencia de unos resultados positivos a negativos en tu negocio y afectan directamente a la productividad.
Hoy en día cualquier empresa y mando intermedio ansía la mejora de su productividad para garantizar la supervivencia, aunque en los últimos años se promueve un enfoque un poco más humanista: las personas están mejor formadas que en el pasado, solicitan mayor participación y responsabilidad en el trabajo.
Ningún colaborador tuyo querrá ser tratado como una máquina más, sino como un elemento principal e indispensable y, por ello, las compañías necesitan aportaciones innovadoras.
La calidad de vida en el puesto de trabajo aún no se contempla en algunas empresas, lo cual no significa que la tuya deba pertenecer a este grupo ya que es evidente que un trabajador más sano, contento, satisfecho es seguramente más productivo y, por tanto, más rentable para la organización.
Debes tener en cuenta estas 3 áreas si estás dándole vueltas a cómo mejorar el ratio de productividad de tu empresa. Es imprescindible que le des un enfoque innovador para conseguir solucionarlo de manera que se adapte a vuestras necesidades.
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