En todo quehacer cotidiano nos encontramos con cuestiones a resolver para poder llegar a nuestros objetivos y, cuando éstas cuestiones se cruzan como obstáculos en el camino de los emprendedores, es especialmente importante resolverlas con acierto, ya que de ello puede depender en gran medida el éxito o fracaso de un determinado proyecto.
Aunque pareciera evidente tener definidos esos objetivos, muchas veces no lo están. Sólo el ejercicio de concretarlos (y escribirlos es una gran manera de empezar) ya aporta información valiosa. Por ello, es fundamental aprender a identificar qué tipo de obstáculos pueden interponerse entre nosotros y nuestro objetivo empresarial para, después, poder actuar frente ellos de la forma correcta.
Obstáculos en el camino de los emprendedores
Aunque puedan haber muchas maneras de trabajar con los obstáculos en el camino de los emprendedores, este escrito los enfoca desde sus soluciones.
1. Dificultades
¿Te has encontrado alguna vez diciéndote: “…es que tengo que…pero…”?
En ese caso, probablemente, hay alguna situación que se te repite y te incomoda. Además, sabes lo que está en tu mano hacer para solucionarlo. Pero, ¡ay, amigo!, vaya pereza.
Dentro de la palabra pereza incluyo en este caso: pereza, no tengo tiempo, no tengo dinero, ahora me va fatal, no tengo fuerzas, …, y otras similares.
Una vez detectado que aquello a lo que nos enfrentamos es una dificultad y que además tiene solución conocida, se trata de implementar la solución.
Ejemplo Práctico “Mi ordenador va muy lento, me temo que tendría que hacerle una revisión”. Pues eso, si va lento, no sabes el motivo y esa lentitud afecta a tu efectividad, toma tu ordenador y ve al técnico adecuado”.
2. Problemas.
¿Te has encontrado alguna vez diciéndote: “ …tengo que arreglar esto de una vez pero no sé qué puedo hacer…?”
Aquí es cuando tenemos un problema. Algo que entorpece el cotidiano de la empresa y que es obvio que tiene una solución (puesto que con parecidas circunstancias a las demás empresas no les ocurre).
En este caso necesitamos a alguien competente que abra opciones al “no sé qué puedo hacer”.
Al escuchar esas opciones, quizá aparecen en el pensamiento las pegas (es decir, los diferentes disfraces de la “pereza”). Sin embargo, seguro que ya se puede discernir cuales de esas opciones sí que pueden cambiar o solucionar definitivamente ese obstáculo.
En este punto ya hemos bajado de Problema a Dificultad. Ahora, sólo queda implementar.
Ejemplo Práctico: “Es que siempre fallo en lo mismo, mis compañeros no me entienden”. La visita a un especialista adecuado te permitirá ver qué estrategia haces al relacionarte con tus compañeros. Seguramente también,verás por dónde empezar a cambiar esa estrategia. Ahora ya estás en la fase dificultad. Sólo queda hacerlo.
3. Dilemas.
¿Te has encontrado alguna vez en una encrucijada donde una opción invalidaría la otra y no ves claro ninguna de ellas?
Puede ser tanto derivado de opciones a elegir para solucionar un tema, como de personas directamente involucradas con opiniones diferentes.
Aquí, no hay solución.
Los dilemas o se trascienden (empatizamos con la otra persona y su punto de vista, cosa que nos abre a posibles soluciones diferentes a nuestra propuesta original) o se aprende a vivir con ellos.
Ejemplo Práctico: Un socio quiere ampliar capital para expandir la empresa,y el otro no. La empresa o ampliará o no ampliará capital. Una opción excluye la otra.
4. Paradojas.
Una paradoja es una situación que desafía el sentido común y da como resultado una situación imposible. Se trata de detectarla a tiempo y saber que ahí no está el obstáculo.
Ejemplo Práctico: La famosa de Epiménides: “Todos los cretenses son mentirosos” cuando él mismo era cretense.
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