Siempre hay un roto para un descosido, todo el mundo acaba encontrando su media naranja…
La verdad, no sé a quién demonios se le ocurrió pensar en esos términos a la hora de buscar pareja, porque si juntamos un roto con un descosido lo que tenemos es un agujero en la ropa y en cuanto a lo de la naranja, con sólo dos medias naranjas haces una mierda de zumo (con perdón), mejor dos naranjas enteras, digo yo… o como leí hace poco en alguna parte del facebook “busca otra fruta y haz macedonia”, ¡¡eso está mucho mejor!!.
No, no voy a hablar en este artículo de cómo ligar mientras emprendes ni nada por el estilo, pero sí que a la hora de buscar socio con el que te vaya bien en tu empresa, el punto de partida ha de ser el mismo, o sea, la macedonia.
Seguro que más de una vez has intentado asociarte con alguien o has encontrado colaboradores con los que detectas sinergias, piensas que podéis hacer cosas juntos, ayudaros, conseguir clientes…¡Qué emoción!
Pero suele pasar que aquello no tira para adelante ni a tiros y aunque en algún momento alguno le imprima movimiento al tema para empezar a avanzar, uno de los dos o ambos pierde el interés y al final ni chicha, ni limoná.
A todos nos ha pasado alguna vez, sobre todo en las fases tempranas del proceso de emprender, así que tranquilos, forma parte del juego. De lo que se trata es de entender lo que está pasando en realidad y aprender a ponerle remedio. Vamos a ello…
¿Por qué pasa esto? Lo fácil es pensar que los demás no tienen palabra, que es que la gente pasa, que nadie se moja…pero, ¿qué hay de ti? ¿te has parado a pensar en cuáles son tus verdaderas razones para buscar socio o un colaborador? Hablo de cuál es el sentimiento real que se esconde detrás de la búsqueda de un socio. Sé honesto contigo mismo.
Salvo que simplemente lo que ocurra sea que no acaba de haber feeling con esa persona o que finalmente tenéis intereses distintos, en una buena parte de los casos lo que ocurre es que lo que se está escondiendo detrás de esa búsqueda de socio o colaborador es MIEDO.
– Miedo a no ser capaz de montar el negocio tú solo (“si somos dos será más fácil”).
– Miedo a no conseguir clientes (“es que yo no sé de ventas”).
– Miedo a no ser capaz de aprender determinadas disciplinas (“yo es que de esto no sé y el otro sí…”).
– Miedo a…
Las caras del miedo son tantas como personas y sin darte cuenta lo que con una alta probabilidad estás buscando en realidad, es alguien que te saque las castañas del fuego y eso es justo lo que NUNCA debes hacer a la hora de buscar socio.
Digo sin darte cuenta porque en buena parte esto pasa a nivel inconsciente.
2 PREGUNTAS FUNDAMENTALES ANTES DE BUSCAR SOCIO
Es importante que tomes conciencia de cuál es tu verdadera razón. Para ello pregúntate dos cosas:
– ¿Para qué quiero un socio?
– ¿Cómo puedo conseguir lo mismo? ¿Qué apoyos necesito?
Llegados a este punto, es importante saber distinguir entre colaboración, apoyo y que otro lo haga por mí.
La colaboración, hablamos de la que da resultados beneficiosos para ambas partes, es posible sólo cuando las personas que participan son realmente autosuficientes, digamos que ya les va más o menos bien y si se unen sumarán fuerzas reales que les impulsarán aún más.
El apoyo es necesario siempre y es importante estar rodeado de buenos profesionales en todos los campos (asesores, gestores, coaches, formadores, proveedores de internet, diseñadores, asistentes personales, etc) que te ayuden a impulsarte. Eso no te exime de saber un poco de todo, es más, cuanto más sepas de cada disciplina, mejor elegirás, pero sólo tienes que ser especialista en tu campo y centrarte en él.
Y por último, que el otro lo haga por mí, una de dos, o es tener miedo o es tener un morro que te lo pisas. Ambas cosas son muy humanas, la diferencia está en que el miedo cuando uno no controla la situación no sólo es normal sino que es bueno, porque aunque te lleva a tomar decisiones erróneas, si eres de los que se esfuerza por mejorar, aprenderás de ello y caminarás hacia la excelencia. Sin embargo lo del morro que te lo pisas es un hábito que sólo te lleva a la mediocridad.
¿Qué hacer entonces?
Busca tu propia independencia y únete a otras personas desde ahí. Dos personas independientes que están teniendo logros y se unen es más fácil que crezcan que dos que se necesitan porque están llenas de inseguridades y miedos. No te asocies por no estar solo porque la soledad es algo que va con el cargo de empresario. Primero has de ser autosuficiente y lograr por ti mismo las cosas. Cambia los “no sé” por los “cómo puedo aprender”. Sólo desde ahí encontrarás al buen socio, al que ya es autosuficiente también y entonces sí sumaréis y creceréis.
¿Y cómo hacerlo?
Trabaja tus miedos, tus inseguridades, tus inquietudes, tus fortalezas, en definitiva, entrena tu mente y trabaja día tras día para ser la mejor versión de ti mismo. Apóyate en un coach que te inspire confianza y con quien te sientas en sintonía para que te ayude en el camino. Con compromiso y constancia los resultados pueden ser espectaculares en poco tiempo.
Su trabajo es ese: enseñarte a romper tus barreras internas, a pensar de manera diferente y a creer en ti mismo y en lo que haces, a darte poder. En definitiva a ser una persona mucho más libre capaz de llevar las riendas de tu vida.
Desde ahí, las probabilidades de encontrar el socio o el colaborador más idóneo para que te acompañe en el camino, se multiplican, porque como dice Wayne Dyer, atraemos lo que somos, por lo tanto, ponte manos a la obra para ser excelente y atraerás a personas excelentes.
Vamos, que directamente conseguirás saborear la macedonia;-).
Por último, te invito a que te des un paseo por mi web y conozcas todos los programas de coaching que puedo ofrecerte, tanto individuales como para socios y equipos, y lo que puedes lograr con ellos.
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