“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, Arquímedes.
Hace años leí un libro titulado “El mundo es tuyo, pero tienes que ganártelo”, escrito por el fundador de la empresa coreana DAEWOO. No recuerdo mucho del contenido, debo aceptarlo, pero el título era todo lo que necesitaba leer en ese momento.
Un emprendedor o emprendedora emprende, valga la redundancia, porque de alguna forma sabe que el premio es el mundo, nada más pequeño. Pero por alguna razón, este premio se va reduciendo a una simple situación de subsistencia, nada más grande, en la mayoría de los casos.
Mi comprensión del tema es que no nos damos cuenta de cuál es el punto de apoyo correcto y no sabemos usar la palanca que nos va a permitir mover el mundo.
Y este punto de apoyo no está, en mi opinión, en todos los conocimientos técnicos que se necesitan para emprender. La nueva Ley de Emprendedores, si bien interesante y útil, no es el punto de apoyo tampoco. Con frecuencia leo cantidades enormes de artículos acerca de cómo aplicar las nuevas bonificaciones a la cotización a la Seguridad Social, qué requisitos cumplir en el plano fiscal, cómo llevar la contabilidad de la recién creada empresa o cómo elaborar un plan de negocios sin haber estado en Harvard. Y estas habilidades y conocimientos, siendo todo lo necesarias que son, tampoco son el punto de apoyo del que hablo.
Alguien diría que el futuro es de los emprendedores, pero a mí me parece que es más bien el presente. Y si ser emprendedor es la mejor alternativa que tenemos, ¿cuál es ese punto de apalancamiento? Buena pregunta…
Jim Rohn decía que un buen consejo tendría como máximo una media docena de recomendaciones y que con más de 5 ó 6 recomendaciones era poco práctico.Él llamaba a esto la regla de la “media docena” que todos los planes de trabajo, recomendaciones o estrategias debían de cumplir para ser eficaces.
4 pasos para lograr el punto de apoyo de un emprendedor
Como Coach he pasado muchos años de mi vida laboral buscando esa media docena de puntos de apoyo que permiten que cualquier emprendedor que pretenda tener el mundo y lo consiga. En realidad, el punto de apoyo es una fórmula de logros extraordinarios identificada por Richard Bandler y John Grinder de 4 simples pasos y, sin estos puntos de apoyo, ningún conocimiento es suficiente para alcanzar el éxito.
Paso N° 1, Decisión. Decidir viene del latín “Decidere”, que significa literalmente “cortar”, “escindir”. Cuando se usa la expresión “decidí esto o lo otro” no estamos hablando de preferencias, estamos hablando de hechos. Conozco muchos emprendedores que lo son mientras no encuentran trabajo. No han tomado una decisión y, por lo tanto, no me importa lo que hagan, no va a funcionar.
Siempre he dicho que uno no se hace autónomo porque no le queda más remedio, se hace emprendedor porque su corazón se lo pide. Los emprendedores de este nivel aman la libertad, aceptan ser pagados por lo que hacen y aceptan no ser pagados si algo no sale bien. Si quieren más trabajan más. Es el primer paso para un gran negocio o una gran empresa.
Paso N° 2, Acción. Esperar a tener todas las piezas del rompecabezas para empezar a armarlo sólo pasa en los que se compran en las tiendas pero no en la vida. Esta es un rompecabezas que sólo te da las piezas una por una y nunca antes de empezar. Se hace camino al andar.
La acción es el elemento esencial en todo buen emprendedor. Nadie se ha hecho exitoso emprendiendo esperando a que se den las condiciones necesarias para tener éxito. A la larga, la única acción verdaderamente válida es la acción inmediata, porque el mañana no se construye mañana sino hoy.
Paso N° 3, Sensibilidad. ¿Nunca has estado escuchando a alguien a quien le mandas evidentes señales de desinterés e incluso hastío por su conversación y esta persona sigue hablándonos haciendo caso omiso de nuestras muestras de hartazgo? Pues bien, aún hayas sido tú la persona fastidiosa, no es un caso de mala educación o de pesadez, es un claro caso de insensibilidad. No somos sensibles a las señales que nos emite la otra persona y, por lo tanto, no reaccionamos en consecuencia.
Cuando llevamos esta insensibilidad a nuestra empresa, cuando nos empeñamos en hacer una y otra vez lo que no funciona, entonces vamos derechos al precipicio y nos daremos cuenta del batacazo cuando nos estén poniendo los puntos.
Paso N° 4, Flexibilidad. “Sé como el agua”, en palabras de Bruce Lee, que se amolda a cualquier recipiente. “Graba tus metas en cemento y el camino en arena”, solía decirme un antiguo maestro. El compromiso es con la meta no con el camino. Si descubres que un camino no te lleva, busca otro. Y si ese otro no te lleva, busca otro. ¿Cuántas veces? Hasta que lo logres. Y para ello necesitas ser flexible y probar cosas nuevas que tal vez nunca antes habías probado.
¿Esperabas una fórmula absolutamente a prueba de todo? Pues es ésta. Y ahora sólo te queda usar la palanca, colocada en el punto de apoyo exacto y hacer que el mundo sea tuyo. Eso sí, un pequeño pedazo de ese mundo se lo das a tu Coach.
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