Era la primavera del 96 y era México. Acababa de fundar una nueva empresa de consultoría y me encontraba trabajando en el dossier de la recién creada compañía. En la cuarta página del dossier se podía leer en letras resaltadas “Expertos en Programación Neurolingüística y cambio organizacional”, expresado como una gran ventaja competitiva.
Lo que yo consideraba como algo extraordinariamente atractivo no atrajo a nadie o no entendían qué significaba. Hoy en día es posible encontrar muchas personas que han estudiado Programación Neurolingüística y, 18 años después, me sorprendo de saber que existen cursos abiertos para esta extraordinaria disciplina de cómo aplicarla a las empresas. Pero comencemos por lo básico…
¿Qué es la Programación Neurolingüística (PNL)?
La Programación Neurolingüística nace en 1974, en un trabajo conjunto realizado entre Richard Bandler, un genio programador de ordenadores y Psicólogo, y John Grinder, otro genio de la lingüística. Buscaban entender y duplicar los procesos de cambio de los más grandes terapeutas conocidos en ese momento, quienes utilizaban técnicas que permitían un cambio drástico, rápido y efectivo en los pacientes. Estudiaron dichas herramientas, las codificaron y las adaptaron para ser duplicadas por cualquier otra persona y las llamaron PNL.
Descubrieron que los humanos funcionamos basados en programas o comportamientos automatizados, y que estos programas estaban creados por nuestros patrones lingüísticos y nuestra neurología, es decir, lo que nuestro cerebro representa en base a nuestras percepciones neurológicas.
En pocas palabras, percibimos la vida a través de nuestros cinco sentidos y le damos interpretación a través del lenguaje. Entre ambas cosas, percepción e interpretación lingüística, creamos un programa, que es responsable de nuestras acciones y estas, a su vez, de las decisiones que tomamos.
PNL como motor de cambio en la empresa
Digamos que no estamos contentos con los resultados que estamos obteniendo, que nuestros deseos están lejos de nuestra realidad y queremos cambiar la realidad que experimentamos. Iniciamos acciones para éste cambio, pero el verdadero problema es que nuestras interpretaciones acerca de lo que las cosas significan no ha cambiado. Es decir, no han cambiado nuestros programas. Por lo mismo, nuestros resultados seguirán siendo los mismos de siempre, es decir, inadecuados.
¿La solución? Parece que la única solución eficaz es cambiar nuestros programas y para esto es para lo que es especialmente útil la Programación Neurolingüística.
En las empresas es exactamente lo mismo. El cambio es cuestión de técnicas y no de capacidad. Todas las empresas son capaces de cambiar, si saben cómo y están suficientemente motivados. La PNL dice el cómo, aunque la motivación corre por cuenta propia.
Con Programación Neurolingüística las personas (y las organizaciones, las empresas) pueden dominar sus conductas y diseñar sus programas. Con PNL las empresas pueden construir mensajes de comercialización más eficaces y asertivos, dirigir mejor los procesos internos de cambio, superar o solucionar mucho más eficazmente los problemas recurrentes con los que se enfrentan.
El CEREBRO es la más extraordinaria herramienta de la creación y está a nuestra disposición desde que nacemos. Si somos capaces de imitar su función en cualquier organización empresarial (esta es la esencia del movimiento organizacional “Neuromanagement”), entonces esta organización pasaría de la etapa de competición a la etapa de creación, siendo capaz de aportar soluciones extraordinarias a un mundo en el que parece que ya todo está inventado.
En breve: la PNL es la ciencia de los resultados.
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