Hoy día escribir correctamente se ha convertido en una necesidad para autónomos y empresas, puesto que hacerlo de forma incorrecta puede dar una imagen errónea de nosotros mismos a nuestros clientes. El estrés, las prisas, la presión por la situación económica en la que nos encontramos, puede hacer que descuidemos los detalles, aparentando una falta de dedicación y, en algunos casos, un bajo nivel cultural.
Hay gente que piensa que para escribir correctamente solo necesita echar mano, como única ayuda, del corrector automático de su procesador de textos. En un mundo dominado por la tecnología creemos que los correctores automáticos de nuestros ordenadores deben ser infalibles y esta no deja de ser una creencia absolutamente falsa.
El problema de los correctores automáticos es que no saben pensar, no saben discernir entre cuándo es correcto utilizar, por ejemplo, «ay», «hay» o «ahí», pudiendo tomar como válida cualquiera de sus formas. Su actividad queda limitada a la ortografía, siendo incapaces de controlar el estilo o los ajustes significativos del texto.
Además nuestra lengua sufre paulatinamente cambios que afectan a su misma gramática y ortografía. Un claro ejemplo lo tenemos en la Ortografía de la lengua española, que en el año 2010 introdujo novedades tales como la supresión de la tilde en palabras como «guion» o «truhan», o en el adverbio «solo» y en los pronombres demostrativos.
El corrector automático ignora todos estos cambios si no hay «alguien que se lo indique», a diferencia de la persona que se dedica a la corrección, al ser una de sus mayores obligaciones estar continuamente actualizándose, «casi diariamente» podríamos decir sin exagerar demasiado.
Los textos de empresa son la carta de presentación de tu negocio
Como ya dijimos más arriba, escribir de forma incorrecta pone de manifiesto nuestra falta de dedicación y un bajo nivel educativo. Por ejemplo, la ortografía y gramática utilizadas en un currículo son consideradas una de nuestras principales cartas de presentación, fundamentales para construir una buena imagen personal y mostrar seriedad profesional. Un currículo con erratas, faltas ortográficas o mal redactado, da una pobre imagen de nosotros, incluso puede llegar a ser el desencadenante de la pérdida de un puesto de trabajo por muy preparado que pueda estarse para tal.
Por muy bueno que sea un trabajo escrito, en el momento que se pasa una tilde por alto, una coma mal colocada –ya sea por dejadez o por descuido de haberlo releído ya decenas de veces–, puede hacer que su valor se reduzca a la mitad para quien lo lee, perdiendo con un solo chasquear de dedos todas las horas que se han invertido para escribirlo.
Si una empresa decide realizar una página web, un catálogo o un tríptico para mostrar los servicios que ofrece, puede llegar a generar desconfianza en sus clientes si el diseño, la maquetación o sus textos están descuidados, repercutiendo negativamente en las ventas.
Por ello, en muchos casos es importante contar con la ayuda de un profesional para la corrección y asesoría lingüística, que además podrán asesorarnos cómo redactar y presentar sus proyectos de manera óptima, tal y como hacemos en Red&Red Correctores.
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