Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y la llegada de la sempiterna crisis económica, han sido muchos los sectores que han salido malparados en España, desde los más directamente vinculados a esa actividad, como la construcción a otros como el transporte, la agricultura y la ganadería.
Hay que destacar los sectores inmobiliario y de la construcción, lógicamente los más afectados por la crisis del ladrillo, según un estudio de OPA recientemente publicado, que cifra en un 90% la reducción de autónomos registrados desde 2008 en el sector inmobiliario y en un 34% en el sector de la construcción, es decir, sólo 1 de cada 10 autónomos del sector inmobiliario sigue trabajando en esta actividad a día de hoy.
Pero no todo son malas noticias, pues en 2015 este sector ha crecido un 8,3% con respecto al año anterior. La fundación de estudios inmobiliarios sin embargo no habla de mejora, sino de estabilización, ya que los precios de las viviendas siguen descendido. En junio de 2015 las operaciones de compra-venta han aumentado un 17% con respecto a 2014. No obstante, los últimos datos de afiliación muestran como estas dos actividades, después de haber tocado fondo, parecen volver a repuntar.
No sólo estas dos actividades han salido perjudicadas de la crisis, también hay que destacar la caída del sector transporte, en más del 17%, así como de la agricultura y ganadería, aunque en este caso la caída parece estar debida a la propia evolución del sector, con un mayor grado de automatización. Otros sectores afectados han sido la industria manufacturera y las actividades administrativas y de servicios auxiliares.
Si bien es cierto que el número de autónomos en estos sectores ha descendido notablemente entre 2008 y 2015, el número de autónomos dados de alta en el RETA ha variado en menos de 200.000 cotizaciones. Con estos datos podemos deducir que ha habido un cambio de actividad hacia el sector servicios, dónde destacan nuevas formas de negocios, como por ejemplo todas las innovaciones que han traído los negocios online o una nueva manera de organizarse como es la franquicia.
Y es que con la crisis, la franquicia no sólo ha sobrevivido sino que se ha convertido en un fórmula de negocio en auge en nuestro país y una manera de reducir los riesgos asociados a emprender. En 2013 se crearon más de 12.000 empleos gracias a la apertura de nuevas franquicias, el volumen de ventas total en este año suponía el 9,1% del total del comercio minorista en España, frente al 11% que representa en la actualidad. Actualmente existen según datos de Mundofranquicia 946 franquicias en España, de las cuales el 85% son de origen español y un 54% están relacionadas con el sector servicios.