A: Este año has dado 12.000 euros de beneficio y te saldrá a pagar el impuesto de sociedades.
C: ¿12.000 euros de beneficio? ¿Y dónde están? Porque yo no he visto ni un euro…”
Esta es una conversación que se da muchas veces entre el asesor y su cliente. ¿Te suena?
No eres el único, bienvenido al club. Y bienvenido a este artículo también, porque cuando lo leas vas a entender perfectamente por qué pasan “esas cosas tan extrañas”.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el beneficio o pérdida de la actividad viene determinado por la diferencia entre ingresos y gastos del ejercicio, independientemente de los cobros o pagos que se produzcan.
Obviamente, si los ingresos son superiores a los gastos habrá beneficio y si los gastos son superiores a los ingresos ese resultado será de pérdidas.
Ingresos y Gastos VS Cobros y Pagos
1. Los ingresos y los gastos
Suponen un aumento o una disminución del patrimonio empresarial en función de que se estén ofreciendo bienes o servicios o de que se estén consumiendo.
- Al vender mis productos, estoy generando un ingreso que se puede traducir en tener más dinero, por ejemplo, o en lugar de dinero puede producir un derecho de cobro contra un cliente. En cualquiera de los dos casos estoy aumentando el valor de mi patrimonio, porque o consigo el dinero o el derecho a tenerlo en un futuro.
- El sueldo de mi trabajador, por ejemplo, es un gasto porque implica una disminución de mi patrimonio: puede suponer una salida de dinero o bien la generación de una deuda. Ambas cosas disminuyen el valor de “lo que tengo”.
2. Los cobros y los pagos
Sin embargo, no suponen ningún aumento o disminución del patrimonio empresarial sino sólo un cambio en su composición (y, desde luego, nada tienen que ver a la hora de determinar el resultado).
Piensa lo siguiente: tengo 1.000 euros en el banco y una deuda con un proveedor de 300, por lo tanto el valor de mi patrimonio es de 700 euros.
Si saco 300 euros del banco y pago al proveedor ¿cuál es el valor de mi patrimonio ahora?
Pues el mismo de antes: 700 euros, que es el saldo que me queda en el banco después de pagar la deuda que he cancelado.
Como ves, el hecho de hacer un pago no supone ninguna alteración en el valor de mi patrimonio sino sólo un cambio en su composición: antes tenía más dinero y más deudas y ahora tengo menos dinero pero ninguna deuda. El gasto ya se produjo en su día cuando le compré la mercancía al proveedor y contraje la deuda.
Lo mismo pasa con los ingresos:
Tengo 1.000 euros en el banco, un cliente me debe 800 euros y no tengo deudas. ¿Cuál es el valor de mi patrimonio? 1.800 euros. Está claro.
Cobro 200 euros del cliente, por lo tanto tengo 1.200 euros en el banco y 600 euros pendientes de cobro. ¿Cuál es el valor de mi patrimonio ahora? 1.800 euros, igual que antes.
¿Cuál es el resultado de la operación? 0, porque no ha habido ningún ingreso ni ningún gasto. Sólo una variación en la composición de mi patrimonio como consecuencia del cobro al cliente, pero ni beneficio ni pérdida.
¿Cómo se materializa el beneficio?
Para dar respuesta a la cuestión inicial vamos a avanzar un poco en el planteamiento mezclando más elementos.
Te voy a poner unos ejemplos que, por ser muy extremos, van a ser bastante útiles.
Ejemplo 1.- La única operación que tienes en todo es año es la siguiente: vendes por 20.000 euros una mercancía que te costó 8.000. Cobras el importe de la venta y tienes el dinero en el banco.
Ejemplo 2.- La operación que realizas es la misma de antes pero no la cobras, sino que le das a tu cliente un plazo de 120 días para que te pague.
Ejemplo 3.- También el mismo caso del ejemplo anterior pero aquí si has cobrado la venta y lo que has hecho con los 20.000 euros es cancelar parte de un préstamo que tenías por 45.000 € y ahora sólo debes 25.000 €.
¿En cuál de estos tres ejemplos se ha producido beneficio? Piénsalo un momento.
Es importante que recuerdes:
- Que el resultado de la empresa viene determinado por la diferencia entre ingresos y gastos.
- Que en su cálculo no interviene para nada el movimiento de la tesorería, el cual se traduce en cobros y pagos.
Bien, retomamos la pregunta anterior: ¿en cuál de los tres ejemplos se ha producido beneficio?
Respuesta: En los tres casos.
Ejemplo 1.– Has hecho una operación con la que has ganado 12.000 euros (20.000 de precio de venta – 8.000 de coste de la mercancía vendida).
Tienes el dinero contante y sonante (lo que supone un aumento de tu activo), así que está clarísimo que has tenido beneficio y a dónde ha ido a parar.
Ejemplo 2.– Has hecho una venta que no has cobrado.
Aquí no has visto ni un euro, cierto, la operación está pendiente de cobro. Aún así sí que se ha producido el ingreso porque ha tenido lugar la entrega de bienes que es el objeto de nuestro negocio.
Como ya sabes, que hayas cobrado la venta o no es totalmente indiferente a la hora de calcular el beneficio o la pérdida.
En este caso nuestro activo ha aumentado en el importe de la venta porque tenemos un derecho de cobro a nuestro favor.
Por lo tanto, igual que en el ejemplo 1, el beneficio obtenido es de 12.000 euros, y ese beneficio no se ha traducido en dinero pero si en un derecho de cobro, lo cual también supone un aumento del nuestro patrimonio.
Ejemplo 3.– Cobras la venta y destinas el dinero a cancelar parte de un préstamo.
Ves el dinero pero por poco tiempo, porque enseguida lo sueltas otra vez….
El resultado es el mismo que en los casos anteriores: hay un beneficio de 12.000 euros y ese beneficio se ha traducido en la cancelación de parte de una deuda. Es decir, en una disminución del pasivo.
Como ves, en los tres casos se ha producido un beneficio y por lo tanto ha aumentado nuestro patrimonio:
- Bien porque ha crecido nuestro activo: más dinero en el banco o más derechos de cobro.
- Bien porque ha disminuido el pasivo: menos deuda con el banco.
¿Cómo funcionan los gastos?
Justamente al contrario que los ingresos.
Al ser un consumo de bienes o servicios implica una disminución en nuestro patrimonio, que se traducirá en un aumento del pasivo (por contraer una deuda, por ejemplo) o en una minoración del activo (salida de fondos, por ejemplo).
Es importante también distinguir un gasto de una inversión: la inversión supone la adquisición de un bien que se caracteriza porque va a producir rendimiento por un plazo superior a un año. Forma parte de la estructura fija de la empresa: maquinaria, elementos de transporte, mobiliario, equipos informáticos, …..
Una inversión no va a la cuenta de resultados porque no minora el patrimonio sino que forma parte del activo de la empresa.
Conclusiones
- El beneficio o la pérdida del ejercicio viene determinado por la diferencia entre los ingresos y los gastos que se hayan producido.
- Para su cálculo nada tienen que ver los pagos, los cobros o las inversiones
- Los ingresos suponen un aumento del patrimonio como consecuencia de nuestra entrega de bienes o servicios. Los gastos conllevan una disminución patrimonial como consecuencia de la adquisición de bienes o servicios.
- Los cobros o pagos no afectan al montante total del patrimonio sino un cambio en su composición.
- Distinto del gasto (y del pago) es la inversión, que supone la adquisición de un bien que va a producir rendimientos a la empresa por un plazo superior al año y que, por eso mismo, forma parte del activo.
En fin, como has podido comprobar cuando te dicen que tu empresa ha dado beneficios, aunque tú no hayas visto ni un euro, suele ser verdad… Haz memoria, y si resulta que has cancelado deudas que tenías o has hecho inversiones ya sabes donde ha ido a parar ese beneficio.
Lo bueno que tiene hacer números es que todo termina por salir.