Da igual la hora que sea. Desde que eres autónomo, no tienes horario ni cuentas el tiempo que le dedicas a tu empresa cada día. Tu jornada termina cuando acaba el trabajo. Desafortunadamente, son muchos los que se sienten identificados con esta misma situación. Y es que, según una encuesta de Sage, el 74% de los profesionales por cuenta propia trabaja más de 40 horas semanales, el tiempo máximo legal permitido en España.
Si desglosamos esa cifra, nos encontramos con que el 35% de los autónomos y pymes dedican al trabajo entre 41 y 45 horas. Un 27% indicó que su media oscila entre las 45 y 50 y un 12% reconoció superar las 50 horas semanales. Unos datos desesperanzadores que dan buena cuenta de las dificultades que sufren los autónomos españoles en el desarrollo de su actividad.
Pero ¿cuáles son las causas?
La principal razón de este y de la mayoría de problemas que rodean a los autónomos es la dificultad que existe en España para crear y mantener un negocio. Hay que tener en cuenta que los emprendedores deben hacer frente a unos costes elevados desde el inicio de su actividad. Para empezar, es necesario abonar una cuota mensual fija a la Seguridad Social, independientemente del nivel de ingresos, y excesivamente alta en comparación con el resto de los países europeos.
Otro de los problemas endémicos que afectan a los autónomos españoles, especialmente a los pequeños, son los retrasos en el cobro de las facturas. Una situación ante la que se encuentran totalmente desprotegidos, ya que cualquier reclamación formal exige una gran inversión. A ello hay que añadir, que el IVA y el IRPF de esas facturas debe ingresarse trimestralmente a Hacienda, aunque no se haya recibido el importe.
También hay que citar la menor productividad de los autónomos, ya que al disponer de menores recursos humanos y de capital tienen que trabajar más tiempo para conseguir los mismos resultados que empresas más grandes. Además, el desarrollo de hábitos productivos es una asignatura pendiente para muchos de ellos.
Las consecuencias del exceso de trabajo
La falta de horarios provoca que el 52% de los autónomos y pymes no dispongan de tiempo de ocio para ellos mismos. El 41% de los encuestados por Sage también afirmó que dedican menos horas a sus familias y el 37% indicó que el trabajo estaba afectando negativamente a sus aficiones.
En definitiva, la carga laboral excesiva tiene graves consecuencias para la vida personal y familiar. Demasiado trabajo nos impide disfrutar de lo que más nos gusta, algo que conlleva estrés y otros problemas de salud asociados. Al final, todo ello se traduce en una disminución de la productividad. El resultado es un círculo vicioso del que es complicado salir.
¿Qué podemos hacer para desconectar?
Lo más importante es vigilar nuestras cuentas. Debemos tener en cuenta cuáles son los gastos a los que nos enfrentamos e intentar reducirlos en la medida de lo posible, sobre todo, en los inicios. Además, hay que evitar los retrasos en los cobros de las facturas para no encontrarnos con problemas de liquidez, adoptando medidas para prevenir la morosidad.
También es fundamental establecer un horario de trabajo y cumplirlo. No podemos seguir trabajando hasta terminemos todos nuestros proyectos. Debemos tener una jornada razonable en la que haya tiempo para el descanso, la vida personal y la familia y para ello es fundamental aprender a gestionar nuestro tiempo.
Es una cuestión de productividad, ya que si nos saturamos seremos cada vez menos eficientes en el trabajo. Pero también es un asunto de salud física y mental y de desarrollar hábitos saludables y productivos.