Juan Roig, propietario de Mercadona y empresario modelo, introdujo el debate en el mes de marzo al resaltar la cultura del esfuerzo y el trabajo de la que hacen gala los cada vez más numerosos bazares chinos en España, de los cuales la propia Mercadona está aprendiendo muchas cosas y apelar a la urgente necesidad de mejorar la productividad de los españoles para hacer frente a la crisis.
Y el otro día leía un interesante artículo sobre “el joven poder chino” en el que varios jóvenes empresarios chinos que triunfan en España destacaban que “aquí no se desarrolla la cultura del trabajo y el esfuerzo” y que “la imagen de España no es positiva” entre las grandes empresas chinas que están haciendo negocios en Europa.
Este es un tema que genera polémica, mientras aquí mucha gente critica que las ventajas competitivas de China se basan en unos costes de mano de obra y unas condiciones laborales que rozan la semiesclavitud, ventajas que son válidas en actividades intensivas en mano de obra, es cierto que gracias a los beneficios acumulados y la educación y capacidad de innovación adquiridas eso está cambiando y la presencia china se viene extendiendo cada vez a más sectores.
Además ellos, los chinos, opinan lo contrario, no sólo de España, sino del conjunto de Europa, nos ven como sociedades aburguesadas y en decadencia. Y es que el hambre y las enormes ganas de prosperar están detrás de esa cultura del esfuerzo y el trabajo, algo que por cierto era bastante más común en la generación de los españoles que hoy tienen 70 años que en sus generaciones posteriores. Y mucha gente por ello pronostica un futuro muy negro para países como el nuestro y aunque nos duela, es otro de los elementos que influye en la crisis de deuda que sufrimos.
Los autónomos por nuestra parte, sabemos bastante de la cultura del esfuerzo y el trabajo y que es un aspecto clave para el éxito de nuestros negocios. Según datos de la EPA, los autónomos trabajamos de media 45 horas y media a la semana, 7 más que los trabajadores por cuenta ajena. Parece que debiera ser suficiente, aunque como plantea Juan Roig siempre queda la duda de si somos todo lo productivos que podemos, algo sobre lo que en Infoautónomos os hemos dado bastantes consejos. Y es que muchos hábitos de vida españoles no contribuyen a una buena productividad.
Sin entrar en el debate sobre el funcionamiento de la economía global, lo cierto es que como hace años planteo en los talleres para emprendedores en los que colaboro, cualquier persona que hoy en día tenga un negocio debe formularse esta pregunta: ¿Qué amenazas y oportunidades supone para mi negocio el creciente poder económico de China?
Hay tres casos muy claros:
a) Aumento de la competencia directa: hay un dato fundamental, el número de autónomos chinos ha crecido un 55,9% en los últimos 3 años hasta alcanzar las 38.555 personas, lo que supone el 1,26% del total, con diferencia la comunidad extranjera con más autónomos en España. Si se dedican a tu actividad no te queda más remedio que adaptarte para sobrevivir, ejemplo que todos hemos visto en los comercios de barrio afectados por la apertura de tiendas regentadas por chinos, que abren todos los días en horarios extensísimos.
b) Oportunidades de compras: debes analizar si lo que vendes lo puedes conseguir más barato trayéndolo de China, comprándoselo a los distribuidores que lo traen de allí o incluso fabricándolo allí, para lo que cada vez hay más pequeñas consultoras especializadas en apoyar a pymes que necesitan una producción a medida. Y recuerda que siempre es mejor adelantarse a la competencia que reaccionar cuando el otro ya lo ha hecho.
c) Oportunidades de ventas: los chinos cada vez tienen más dinero y forman un mercado en expansión, tanto aquí como en su país de origen. ¿Hay algo que puedas ofrecerles? Por ejemplo, el sector turístico español no está siendo capaz de atraer el turismo chino en la misma medida en que lo hace con el de otros países.
En fin, nos toca conocer mejor a los chinos porque van a ser la gran potencia del siglo XXI y probablemente el futuro nos lleve a trabajar como chinos. ¿ o no? ¿Qué opinas?