Un fracaso. Parece que, finalmente, el ministro de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro, ha reconocido la ineficacia de una de las medidas estrella de la Ley de Emprendedores, el archiconocido IVA de caja que permitía a autónomos y pymes no ingresar el IVA de sus facturas hasta que éstas no hubieran sido cobradas.
De hecho, según los últimos datos del mes de agosto, solo 22.090 empresarios se registraron en el nuevo régimen del IVA, pese a que el Ejecutivo esperaba que unas 2,3 millones de pymes y autónomos se pudieran sumar a esta medida de forma voluntaria. Por otro lado, existe una profunda brecha entre la recaudación que el Gobierno estimaba con éste sistema y la real: los 986 millones previstos bajan a apenas 60 millones recaudados hasta el mes de julio.
Las causas del fracaso del IVA de caja
¿Las razones? Las mismas que venimos repitiendo a lo largo del año. A la complejidad de la normativa o el mismo desconocimiento de la norma (motivo por el cual el Ejecutivo se vio obligado a ampliar el plazo para acogerse al régimen del IVA de Caja, que inicialmente se cerraba el 31 de diciembre, hasta el pasado 31 de marzo), se suma uno de los más importantes: la pérdida de clientes.
Recordemos que el carácter voluntario de la medida ha tenido una fuerte contrapartida: adooptar el IVA de Caja obliga a hacerlo también a los clientes con los que se trabaja, por lo que han sido muchas las pequeñas empresas las que han sufrido presiones de las grandes, que no podían deducirse el gasto hasta que pagaran la factura. Y la gran mayoría de los pequeños autónomos y empresas no pueden permitirse ganar liquidez a costa de perder un cliente.
Pero, además, el IVA de caja ha presentado problemas de liquidez por otra vía al obligar a las empresas a pagar sus facturas antes de lo que lo venían haciendo en un momento en que escasea el crédito. De hecho, son muchos los negocios que recurren al aplazamiento de pagos como método de financiación, por lo que rechazan de frente este nuevo régimen.
Las alternativas de liquidez de Montoro
Por ello, el Ejecutivo ha diseñado un nuevo método de financiación para pymes y autónomos y que se incluirá en los presupuestos generales del Estado para 2015. Para ello, hará uso de los fondos estructurales europeos con el objetivo de para facilitar liquidez de pymes y autónomos, tanto para nuevas inversiones, como para el circulante, es decir, los gastos corrientes del negocio.
Estos fondos para mejorar la liquidez de las pymes que se presentarán mañana en Consejos de Ministros y según el ministro, el Gobierno ya negocia con las comunidades autónomas esta nueva herramienta, que se enmarca en el Plan de Impulso de la Economía.
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