Muchos piensan que, para emprender, hay que estar un poco loco. Pero como le dijo Alicia al Sombrerero “las mejores personas lo están”. Así que no tengas miedo si un día se te cruzó un cable y decidiste lanzarte a la aventura empresarial. Tampoco des media vuelta si te lo estás planteando ahora. Aunque ser emprendedor tiene unos cuantos riesgos, también es una decisión que puede llegar a hacerte tremendamente feliz. Solo tienes que aprender a afrontarlo como una forma de vida. ¿No sabes de qué modo? Para ayudarte, hemos creado este manifiesto emprendedor, con las 20 reglas básicas que siempre debes recordar:
- Sé valiente. Es cierto que las cosas pueden salirte mal pero, si no lo intentas, el fracaso está garantizado. Respira hondo y sigue adelante con tu decisión.
- Si te caes, levántate. Hazlo como si fueses un niño que tropieza en el patio del colegio y se sacude las rodillas sin mayor importancia. El éxito está en la perseverancia. Poco importan las veces que te derrumbes, lo que cuenta son las que te pones en pie.
- Aprende todos los días. Aprende de lo que hacen los demás y también de ti mismo. Fórmate y jamás pienses que ya lo sabes todo. De lo contrario, serás incapaz de mejorar.
- No tengas miedo de cometer errores. Son ellos los que te enseñarán a ser un buen emprendedor.
- Pide ayuda cuando lo necesites. Reconoce que hay cosas que no se te dan bien y busca a alguien que pueda echarte una mano. El trabajo en equipo te fortalece.
- Da siempre las gracias. Mantén los pies en el suelo, aunque llegues muy lejos. Agradece cada trabajo, cada favor y cada ayuda que te presten.
- Observa a los grandes. Y cópialos. O mejor, inspírate en ellos y crea algo superior.
- Hazlo lo mejor posible. Siempre. Aunque no tragues a tu cliente, aunque sea tarde, aunque llueva o nieve… tu trabajo habla de ti. Esa es realmente tu carta de presentación.
- Delega sin miedo. Solo tendrás futuro si sabes repartir el trabajo. Puedes supervisar las acciones, pero no está en tu mano controlarlo todo.
- Sé honesto. No engañes a tus clientes ni a tus proveedores, cumple con tus obligaciones y, sobre todo, sé transparente contigo mismo.
- Defiende tu trabajo. Ese es tu principal valor. Nadie puede pisotearte ni infravalorarte. Si un cliente cuestiona tu precio o tu metodología, siempre puedes dejar de trabajar con él.
- Desconecta cuando acabes tu jornada. Recuerda que la vida es mucho más que un trabajo.
- Toma tú las decisiones. Pero escucha a todos los que tienes alrededor. A veces, la opinión de otros nos abre los ojos.
- Pide perdón. Errar es de humanos y disculparse también. No te escudes tras el logo de una marca.
- Dedica tiempo a tus amigos y tu familia. Ellos te han ayudado a llegar hasta donde estás. Son tu principal apoyo, así que debes cuidarlos.
- No te conformes. Sé ambicioso en el mejor sentido de la palabra. Seguir creciendo es un objetivo y una responsabilidad al mismo tiempo.
- Transforma cada obstáculo en una oportunidad. Por muy difícil que te lo pongan, sigue adelante y desmonta las barreras que encuentres a tu paso.
- Sueña con un mundo mejor. Acuérdate de cuáles son tus valores y ten la certeza de que puedes hacer de este un mundo más justo.
- Piensa en algo más que en el dinero. Tus éxitos van más allá del valor económico. Lo que has aprendido o ayudado a alguien también cuenta.
- No te rindas nunca. La perseverancia es el aliado perfecto de cualquier emprendedor. Tú puedes conseguir todo lo que te propongas.