Desde que tengo uso de razón en relación con el diseño, en este caso diseño gráfico, y desde que me dedico a esta profesión con mis mejores ganas, he presenciado una diversidad tremenda de clientes con cuestionables puntos de vista en relación al branding.
Vayamos desde el principio y comencemos por definir a lo que en este artículo llamaré branding: la marca, la imagen de un negocio, su primer impacto, etc. Aquí incluyo desde la concepción del propio nombre hasta su puesta en marcha. La importancia que le dan actualmente la mayoría de las empresas a este proceso es un tema que no me interesa abordar, ya que eso es casi evidente en las condiciones que se vive actualmente.
Mi mayor preocupación radica en que, debido a ese deterioro mental que provoca la negatividad hacia tener un “identificador bien diseñado”, es que va perdiendo fuerza lo que es, hoy en día, la imagen de una empresa.
De la identidad corporativa al branding
La identidad corporativa, para ya ir hablando en plata, es la primera impresión que se muestra a nuestros consumidores de nuestra empresa. Creería ingenuamente que doy por hecho la importancia de que el diseño tenga como raíz un proceso muy exhaustivo de trabajo donde se incluyen la búsqueda de nombre, colores, variantes cromáticas, forma, usos y otros aspectos técnicos que ahora no me interesan plasmar.
Pero no, en este caso me equivoco. Aún hay quien prefiere coger algo hecho y hacerle un pequeño cambio o, como me han dicho muchos, tener un amigo “diseñador” que se lo hace en un momento. Yo, ante estos comentarios, no me queda otra que respirar con calma.
¿Creen que la identidad corporativa de Apple se creó en un momento? Sólo por citar uno de los ejemplos más representativos de nuestros días. Pues no, existe un concepto detrás de una manzana (mordida además). Hay un proceso de trabajo de síntesis formal muy geometrizado que no tuvo su resultado en menos de una semana y que, aun así, con el paso de los años, ha sufrido sus modificaciones.
Fundamentos del proceso de branding
- El branding de toda empresa ha de ser funcional y ha de tener usabilidad
- De él se deduce un gran contenido espiritual
- Es un proceso altamente rico en creatividad
- Tiene que estar individualizado para cada caso.
- El primer factor es ¿Quién lo consume?
- El usuario o cliente que por primera se acerca a nuestra empresa debe ser capaz de reconocer nuestra marca y recordarla siempre. ¿Qué creerías de una empresa que a cada rato cambia su identidad corporativa? ¿Qué pensarías de otra de la que eres incapaz de recordar hasta el nombre?
Me reconforta entonces que, por mucho que se quieran hacer recortes en el proceso de trabajo, en los presupuesto, etc, el branding es y será siempre el mismo y denotará la importancia que le da cada empresa a su imagen final.
Este es, aunque no lo parezca, otro método para vender, para vendernos. Es inevitable que las marcas precisen cambios y, ante todo, un buen comienzo. Nuestro proceso de trabajo necesita tener como fundamento la socialización, el integrarnos y ser identificativos para cada usuario. Al menos así lo hacemos y lo haremos siempre en Dkambio.