¿Sabías que la última subida de la luz, aprobada por el Gobierno el pasado 1 de agosto, costará a las empresas más de 2.700 millones de euros? ¿Y que el recibo energético se ha encarecido un 8% desde enero de 2012 y más de un 63% en tan sólo 10 años?
España es uno de los países europeos que más caro paga el consumo energético, sólo por detrás de Irlanda y Chipre y, con éstos datos, nadie duda de la necesidad de mirar con lupa el gasto energético de nuestras empresas que, además de en el medio ambiente, redunda de forma muy significativa en las cuentas de nuestro negocio.
Si quieres reducir considerablemente el gasto en la factura energética de tu empresa, no te pierdas éstos consejos que te ayudarán a ahorrar energía, costes innecesarios y algún que otro susto.
1. Si vas a alquilar o comprar un nuevo espacio de trabajo para tu actividad empresarial, estudia detalladamente el Certificado de Eficiencia Energética del inmueble, un documento obligatorio desde abril de éste año y que describe el consumo y aprovechamiento energético del local.
2. Invierte en ahorro energético: Instala bombillas de bajo consumo. Aunque su corte es mayor que las incandescentes, duran hasta 10 veces más y permiten ahorrar hasta un 80% de energía. También pueden ser interesantes los detectores de presencia y los sensores de luz natural, que evitarán el consumo innecesario de luz artificial cuando no haya nadie en la oficina o no sea necesaria.
3. Optimiza el sistema de climatización de tus instalaciones: Tras la época estival, y si ha habido actividad durante los meses de verano en la oficina, puede que veas considerablemente incrementada la factura de la luz debido al uso, muchas veces incontrolado, del aire acondicionado. Establecer un sistema de climatización adaptado a cada zona puede ayudarte a ahorrar muchos costes a final de año. Otro aspecto importante sobre las instalaciones es el correcto sellado de puertas y ventanas, para evitar las fugas de frío o calor al exterior.
4. Renueva equipos e instalaciones: Los ordenadores portátiles consumen mucho menos que los equipos de sobremesa, de la misma forma que las pantallas LCD gastan menos energía que los tradicionales monitores. Además, debes controlar que éstos equipos se apagan completamente al finalizar la jornada laboral, poniendo especial atención a aquellos con función “stand by”.
5. Conciencia a tu equipo, compañeros o empleados sobre la importancia de ahorrar energía: De nada sirve invertir en tecnología y nuevas instalaciones para el ahorro energético si los propios usuarios de la misma no adquieren unos hábitos básicos para evitar el despilfarro. No se trata de trabajar a oscuras, pero sí de calibrar las verdaderas necesidades de luz, climatización o uso de aparatos eléctricos o electrónicos en cada momento y limitar sus uso en función de éstas.
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