El Ejecutivo estudia la posibilidad de que los autónomos coticen en función de los rendimientos netos obtenidos de su actividad empresarial o profesional, en vez de hacerlo sobre la base de cotización elegida libremente, según informaciones publicadas ayer en el diario Cinco Días.
La propuesta, que según fuentes de la Administración, “está sobre la mesa”, atendería al fin a una de las cuestiones más fuerte y largamente reivindicadas por el colectivo de autónomos: una cuota de autónomos proporcional a los ingresos reales obtenidos.
No obstante, de momento no conviene hacerse demasiadas ilusiones, ya que sólo se trata de una posibilidad y su desarrollo y puesta en marcha se auguran complicados. Según el Ejecutivo, la medida está siendo valorada en éstos momentos por un “grupo de expertos”, lo que hace muy difícil que esté lista para encuadrarse en la reforma fiscal prevista para 2014, ya que el plazo concluye el 28 de febrero.
Además del tiempo, existen otros factores que juegan en contra de que la propuesta pueda materializarse en breve. Pese a que no se han ofrecido más datos, la manera en que se articule la nueva forma de cotización será determinante para que sea acogida de buen grado por parte de los autónomos. Algo que cobra aún más relevancia tras los últimos reveses sufridos por el colectivo, como la subida sorpresiva de la cuota para los autónomos societarios.
Si bien es cierto que, según los últimos datos ofrecidos por ATA, en España hay unos 700.000 autónomos que ganan más de 30.000 euros anuales y que cotizan por la base mínima, no lo es menos que un importante porcentaje del colectivo apenas llegan a ingresar el mínimo al mes y que ha de enfrentarse al pago de una cuota (calculada sobre la actual base mínima de cotización) al que apenas pueden hacer frente, como aquellos que ejercen la actividad a tiempo parcial, los que acaban de empezar y los que tienen un bajo nivel de facturación.
Por ello nos preguntamos: ¿Se eliminará la base mínima? ¿Se establecerán tramos de cotización? ¿Podrá el sistema tributario sostener económicamente este nuevo sistema de recaudación?
Además, es necesario tener en cuenta otros factores y ser conscientes de que la medida puede tornarse como un arma de doble filo. Un ejemplo serían los profesionales autónomos con bajos índices de facturación y que se encuentren al final de su vida profesional, para los que una cuota proporcional de ingresos afectaría gravemente al cálculo de su pensión.
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