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Lo que debes buscar en las personas a la hora de crear equipo

Resumen > Tu negocio crece y necesitas gente. Normalmente se llega a ese punto cuando uno ha tocado techo, es decir, cuando estás desbordado porque no puedes abarcar más trabajo. Entras en una nueva fase de tu negocio en la que o contratas personal o te da un jamacuco.

Actualizado el 16 de junio de 2015

4 minutos de lectura

Por AZUCENA

Tu negocio crece y necesitas gente. Normalmente se llega a ese punto cuando uno ha tocado techo, es decir, cuando estás desbordado porque no puedes abarcar más trabajo. Entras en una nueva fase de tu negocio en la que o contratas personal o te da un jamacuco.

No es tarea fácil y suelen surgir los miedos típicos de si quien contrates hará las cosas como tú quieres que se hagan. Llegó el momento de además de liderarte a ti mismo tienes que liderar a otros para crear equipo.

Y es entonces cuando te preguntas… ¿y a quién contrato?

Es muy común que a la hora de contratar se piense sólo en términos de “quiero alguien que sepa” refiriéndose solamente a la parte de conocimiento, es decir, de lo que esa persona sabe hacer y si es adecuada para el trabajo que tú ofreces.

Digamos que los árboles no te dejan ver el bosque, porque lo que quieres es que alguien entre al 100% desde el primer día y te libere de aquello que tú ya no puedes seguir haciendo porque literalmente has “petao”.

En esa situación es muy fácil contratar de cualquier manera y conseguir que sea peor el remedio que la enfermedad. Has de tener en cuenta que, contrates a quien contrates, la persona siempre va a necesitar un periodo de entrenamiento en el que tú le enseñes muy bien lo que esperas y lo que puedes aportarle.

Ahora bien, los conocimientos de la persona en cuestión, son relevantes pero no son suficientes. Si quieres crear un buen equipo, tienes que partir de buenos criterios de base para disminuir al máximo la probabilidad de equivocarte a la hora de elegir.

¿En qué basar tu criterio de elección?

Para bien o para mal en cosas mucho más intangibles y que paso a describírtelas:

1.- Que se identifiquen

No me refiero a que vayan con el DNI en la boca 😉 sino a que se identifiquen con el propósito y valores de tu empresa. Te recomiendo que hagas el ejercicio de ponerlos por escrito para que te ayude a aclarar realmente cuál es el sentido que tiene para ti tu negocio y que puedas transmitírselo a los demás. Propósito y valores marcan tu forma de hacer en la empresa y lo que quieres conseguir y las personas que se suban al carro han de sentirse identificadas con ello.

Ésta es la base además para que luego estén motivados. Te recomiendo que leas mi artículo sobre motivación laboral, Cómo mantener a tus empleados contentos y motivados sin necesidad de subirles el sueldo, en el que te desvelo algunas de las pautas más importantes para lograr un buen clima de trabajo y de alto rendimiento.

2.- Pasión

Las grandes empresas a la hora de contratar gente tienen cada vez más en cuenta esta variable y entre dos personas con conocimientos similares elegirán a la que muestre más pasión por querer lo que se le ofrece. Y si los grandes lo hacen, tú no vas a ser menos. Por lo tanto, busca gente apasionada, pero que sientas que vibran de verdad, no que muestren una pasión ficticia para que te caigan bien. Lógicamente, si buscas pasión en los demás, has de ser el primero que la muestre. Es decir, si muestras pasión por lo que haces transmites una energía que es contagiosa y te será muy fácil ver quién se contagia y quién no y en qué grado. Por lo tanto, elige al más apasionado…ojo, he dicho apasionado, no eufórico como si se hubiera metido un tripi en vena. 😉

3.- Compromiso

El compromiso es fruto de sumar las dos variables anteriores que te acabo de explicar. Cuando alguien se identifica con algo y siente pasión por ello el compromiso sale solo y para generarlo has de mostrarlo tú el primero.

Como líder has de predicar con el ejemplo para ganarte la autoridad, el respeto y el aprecio de las personas que trabajen contigo. En el artículo “Cómo dirigir una empresa sin someterla” te hablo precisamente de cómo generar autoridad desde la atracción y no desde la imposición.

Cuando estas 3 cosas confluyen en cualquier persona te garantizas sus ganas de aprender lo que sea necesario para dar lo mejor de sí misma y crecer. No importa si le falta experiencia en una determinada materia, porque ten por seguro que lo que sea que necesite, lo aprenderá rápido.

Ahí entra en juego también tu manera de liderar después y has de tener en cuenta que no puedes darle café a todo el mundo, sino que tu liderazgo tendrás que adaptarlo a la persona que tienes delante. No olvides nunca que entre las responsabilidades del cargo de empresario está la de desarrollar a las personas. Por lo tanto, analiza cuál es tu estilo, porque por mucho que se identifiquen, se apasionen y se comprometan, si no les acompañas en el camino siendo su líder en vez de su jefe tendrás sorpresas.

Dirigir un equipo es una tarea que requiere empatía, escucha y generosidad y al mismo tiempo firmeza, enfoque y capacidad de decisión y has de estar atento a lo que consigues de ellos porque lo que obtengas dependerá en buena parte de lo que tú les des. En Dime cómo actúas y te diré qué clase de líder eres te cuento en detalle cuáles son los distintos estilos de liderazgo y las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos para que sepas cómo adaptar tu estilo a las personas con las que trabajas.

Conclusión: contrata ACTITUD y elige muy bien cuál es la tuya.

Si quieres complementar este artículo, únete a mi comunidad y accede a mi seminario gratuito LAS 11 BOMBAS DE RELOJERÍA QUE ARRUINARÁN TU NEGOCIO Y CÓMO DESACTIVARLAS, en el que aprenderás cuáles son las malas prácticas y pensamientos saboteadores más peligrosos para tu empresa y cómo potenciar tu liderazgo para librarte de ellos.

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