Desde el pasado 11 de octubre la calificación de riesgo crediticio es una realidad y oficialmente un derecho no sólo para las grandes empresas sino también para autónomos y pymes. Ahora las entidades bancarias que operen en España tienen la obligación, sujeta a la Ley de fomento de financiación empresarial, de facilitarles el Informe Financiero Pyme, es decir, un estudio estándar sobre su situación financiera.
Este análisis exhaustivo debe contemplar el historial de créditos y pagos -o impagos- entre otros aspectos de su situación económica como los embargos, acuerdos de refinanciación , concurso de acreedores y demás incidencias que determinen el riesgo bancario de la empresa.
El Informe Financiero Pyme puede ser solicitado por todos los autónomos y las pymes, previo pago de tarifa de libre disposición, pero muy especialmente por aquellas empresas que hayan recibido un sello de color rojo, o lo que es lo mismo, que hayan visto denegado o cancelado algún servicio prestamista.
El objetivo de este informe es evitar las denegaciones de crédito sin fundamento por parte de las entidades. Desde ahora la entidad crediticia deberá dar una respuesta fundamentada ante la solicitud. Algunos de las consecuencias beneficiosas previstas son el incremento de la financiación alternativa frente a la tradicional y la optimización de la relación entre bancos y pymes.
Además, este informe será de gran utilidad para las más de 2,5 millones de pymes y 3 de autónomos registrados en España ya que puede ser concebida como una nueva herramienta de gestión y valoración de su situación económica y financiera.
Menos crédito concedido
Pese a que como demuestra el estudio realizado por Informa D&B España es el país donde más ha crecido el número de nuevas empresas en los últimos años lo cierto es que los datos del Banco de España demuestran una clara caída de los créditos concedidos a empresas en lo que llevamos de 2015 y 2016. De hecho, el saldo prestado el pasado año se situó en 1,27 millones, una cifra muy similar a la de 2005.
Dos son los motivos principales de esta caída del crédito concedido: el impago de los préstamos y un ritmo de amortización de la deuda mayor que la concesión de crédito