La pregunta del titular duele con tan solo pensarla. Imagina cómo cambiarían nuestras vidas si Internet hubiese desaparecido mañana al despertar. Para empezar, tú no me estarías leyendo y yo no podría estar escribiendo aquí. Lo más grave de todo es que probablemente ni siquiera pudiésemos trabajar: nada de correos electrónicos o de gestores online, adiós a todos los documentos que almacenamos en la nube e incluso a buscar cualquier tipo de información.
Desde que llegó la World Wide Web, la forma de hacer negocios se ha transformado por completo. Ahora todo pasa por la red. Este medio nos sirve para comunicarnos con clientes y proveedores. También a través de él hacemos las gestiones financieras e incluso logísticas de la empresa. Y eso, por no hablar de las compañías que, como Infoautónomos, existen única y exclusivamente porque existe Internet.
Un poco de historia
Aunque muchos de nosotros no nacimos con la red, con el paso de los años la hemos asimilado como algo inherente a nuestras vidas. Hoy en día, nos parece que Internet siempre ha estado ahí y siempre lo estará. Por eso quizá, hemos olvidado los comienzos. ¿O acaso recuerdas ese infernal sonido del módem al conectar? ¿Y lo mucho que tardaba a cargar una simple página web? Es verdad que a lo bueno, uno se acostumbra rápido, pero no hace tanto de esos inicios.
En España, nos conectamos por primera vez a Internet en el año 1990. Claro que aquello era tan solo un servicio experimental. Después, a lo largo de la década, el número de ordenadores conectados fue creciendo paulatinamente en los entornos laborales, pero la gran expansión no llegó hasta que comenzó el nuevo milenio. Si recuerdas la nochevieja de 1999, entenderás como por aquel entonces la informática era más bien vista como un enemigo. Sin embargo, después de “sobrevivir” al llamado Efecto 2000, todo cambió.
El nacimiento del ADSL propagó la red a miles de hogares españoles y también a esas pequeñas empresas que todavía utilizaban los medios más tradicionales. En pocos años, Internet pasó a convertirse en una herramienta indispensable de trabajo, de ocio, de formación y, en definitiva, de vida. Las fronteras entre el mundo real y el virtual son ya más difusas que nunca.
¡Feliz Día Mundial de Internet!
Esta reflexión llega hoy, 17 de mayo, precisamente porque se celebra el Día Mundial de Internet. Una fecha nos recuerda cómo nos ha cambiado la red, en qué nos ha beneficiado y qué es lo que todavía debemos mejorar. Porque sí, la web nos ha facilitado mucho la vida y el trabajo, pero también tiene sus riesgos.
Si hablamos de retos, el principal para las pequeñas empresas como las nuestras es el de la ciberseguridad. Nos falta concienciación y formación para proteger mejor los datos confidenciales que manipulamos, ser inmunes al phising o a cualquier otro tipo de amenaza virtual. Recuerda siempre que la información es poder, por lo que debes custodiarla bien.
Además, los emprendedores tenemos por delante otras metas. En la era de Internet, los avances ocurren rápidamente y de forma constante. ¿Qué significa esto? Que tenemos que saber adaptarnos a las nuevas tecnologías para poder seguir adelante. El big data, la realidad virtual, el internet de la cosas… Esas novedades ya están aquí y es posible que mañana sean tan necesarias como el correcto electrónico.
Actualmente las dificultades técnicas ya no son un problema. Quedarnos estancados o seguir avanzando es simplemente una cuestión de mentalidad: las empresas no podemos permitirnos ser reacias al cambio. Si todavía le temes a la tecnología, piensa que, gracias a la red, los pequeños negocios podemos competir hoy casi en igualdad de condiciones con los más grandes.
Así que, no deberíamos preguntarnos qué haríamos sin Internet. Está claro que la red nos abre puertas, nos acorta las distancias y nos facilita la aventura empresarial. Creo que lo mejor sería preguntarnos qué más podemos seguir haciendo con Internet. La World Wide Web es todo un mundo de posibilidades por descubrir.