En el trabajo autónomo, la mayor parte del éxito depende de la capacidad de fidelizar a los clientes. Esta no solo es una tarea más fácil que captarlos desde cero, sino que también resulta mucho más beneficiosa. Un cliente fidelizado se convierte en una fuente de ingresos fija y un resguardo frente a la competencia, pilares fundamentales para mantener y hacer crecer nuestro negocio.
Te contamos algunos puntos claves que debes tener presentes para lograr que tus clientes sean fieles a tu trabajo y vuelvan a contratar tus servicios cada vez que los necesiten.
Conoce a tu cliente
El know your customer no es solo una expresión anglosajona de moda, sino que se ha vuelto una de las claves del éxito para cualquier negocio. Preocúpate por ahondar en las necesidades de tus clientes, saber cómo piensan y cómo se sienten e identificar qué es lo más importante para ellos. Esto te ayudará a mejorar el servicio que ofreces, adaptarte a sus exigencias, cumplir, e incluso sobrepasar sus expectativas.
Prioriza la calidad
Ofrecer un trabajo cuidado y de calidad es la base de la fidelización. Poco importa tener los precios más bajos o hacer paquetes especiales cuando el servicio no está a la altura del cliente más exigente. Cumplir con tus obligaciones, ser puntual, cuidar los detalles y dar resultados de acuerdo al trabajo acordado son la base sobre la que deberás basar el resto de tus estrategias.
Sé honesto
La honestidad es fundamental para cualquier tipo de relación, incluida la laboral. Ofrecer más de lo que sabes o puedes hacer, adornar tu experiencia u ocultar fallos en los resultados son errores que ponen en riesgo tu reputación.
En un entorno interconectado como el actual es muy difícil mantener verdades ocultas por mucho tiempo. Por eso debes huir de los trucos u omisiones para vender al cliente y sé siempre transparente en lo referido a tu trabajo. Aunque parezca que puede costarte un proyecto ahora, a la larga ayudará a cultivar relaciones comerciales duraderas y basadas en la confianza.
Cuida la comunicación
Mantener una comunicación constante, fluida y cercana con tus clientes es esencial. No dejes puntos que tratar fuera, expón todo lo necesario sobre el trabajo que vas a realizar, haz las preguntas que creas pertinentes y motívalos a ellos a hacer lo mismo. Eso sí, recuerda que se trata de personas hablando con personas. Asegúrate de llevar cualquier conversación de forma clara y amena, sin demasiados formalismos y sin parecer un robot. Esto ayuda a establecer un lazo real que servirá para mantener la relación laboral a largo plazo.
Haz ofertas personalizadas
Una vez que has logrado conocer a tu cliente y saber lo que busca y lo que es importante para él, prueba a hacer alguna oferta que se adapte a sus necesidades. Precios más bajos por trabajo a medio plazo, paquetes con los servicios de su interés o vales de descuento, son ejemplos de las ofertas comerciales que puedes ofrecer. Sea cual sea la opción que elijas, si aporta un beneficio, será un incentivo para volver a confiar en ti en el futuro.
Saca partido de la tecnología
Hoy en día la tecnología ofrece muchas herramientas que te ayudarán a conquistar a tu clientela. Muestra de ello son las redes sociales y las páginas webs, que se pueden convertir en puntos medulares de tu estrategia de fidelización. Por un lado, puedes crear nuevos canales de contacto y optimizar la atención al cliente durante y después de la venta. Por el otro, son espacios de difusión ideales para compartir contenido e información y reforzar su conexión contigo. En cualquier caso, se trata de medios directos, cercanos y eficaces para mantener el contacto y hacerte un hueco en su memoria.
En un entorno profesional tan movido y competitivo, retener a un cliente es vital. Cuando lo logras gracias a su satisfacción por tu trabajo, este se vuelve un promotor de tu marca, lo que ayuda a construir y mantener el mayor activo: tu reputación. Por eso, si se trata de la gestión de los clientes, la fidelización debe ser el principal objetivo de cualquier autónomo.