La morosidad es una batalla sin descanso para las pymes y los autónomos. ¡A ti te lo voy a contar! A estas alturas de 2017 es bastante probable que todavía estés rogando para que te paguen algunas de las facturas del año pasado. Lamentablemente, no eres un caso aislado. El período medio de pago a proveedores de las empresas con más de 1000 empleados es de 119 días, es decir, de unos 4 meses. Para el Sector Público, la cifra no mejora demasiado y se queda en 72 días. ¿El resultado? Unos 75.000 autónomos cierran sus negocios cada año por culpa de los impagos.
Estas estadísticas, que proceden del Informe de la Morosidad 2016 elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), dan buena cuenta del lastre que supone la morosidad para el colectivo. El estudio deja una conclusión clara: la Ley de Morosidad se incumple y los autónomos somos los grandes perjudicados.
La morosidad del Sector Público
Ser proveedor de algún organismo público en España exige pensárselo dos veces. Un 80% de las Administraciones no cumple con la Ley de Morosidad, según los datos de ATA. Los resultados han mejorado en 11 días respecto a 2015, cuando la media de pago a los autónomos y pymes era de 83 días. Sin embargo, siguen quedándose muy lejos de los 30 que establece la normativa.
La Administración central es la que menos se retrasa, con una media de 43 días. Pero hay que decir que son muy pocos los autónomos que trabajan con estas instituciones. Por el contrario, la mayoría son proveedores de organismos autonómicos, donde la cifra sube hasta los 64 días, o locales, que pagan nada más y nada menos que en 80 días. De hecho, los ayuntamientos, son los únicos que han ampliado su período de pago respecto a 2015. El que encabeza la lista es el de Alcorcón, que se hace de esperar más de un año para ingresar sus deudas (449 días).
Por comunidades autónomas, las únicas que cumplen con la Ley de Morosidad son el País Vasco (30 días) y Navarra (31 días). En el lado contrario, tendríamos a la Región de Murcia (99 días de media), la Comunidad Valencia (95 días) y Baleares (84 días).
La trampa de los datos oficiales
Si ahora visitas a la sede electrónica del Ministerio de Hacienda y Función Pública y echas un vistazo a los datos del período medio de pago a proveedores, comprobarás que no coinciden con los de este artículo. ¿Por qué?
Para obtener las cifras de morosidad, ATA calcula el tiempo que pasa desde que el autónomo o pyme emite su factura hasta que recibe el pago. El Ministerio, no obstante, empieza a contar a partir del momento en el que la Administración Pública competente convalida la factura, un proceso para el que se tardan entre 28 y 32 días. Así se gana un margen extra de un mes aproximadamente que los datos oficiales no consideran morosidad, pero a que efectos prácticos representa un retraso importante para la contabilidad de cualquier pequeño empresario.
La morosidad del sector privado
Ahora vayamos al sector privado, con el que también hay que lidiar. El período medio de pago entre empresas es de 74 días, dos semanas más de lo que requiere la ley. Aun así hay grandes diferencias dependiendo del tamaño de la compañía.
Paradójicamente, los que más sufren la morosidad son los mejor pagan. En 2016, según ATA, los trabajadores por cuenta propia sin asalariados tardaron una media de 43 días a saldar sus deudas con otros autónomos. Una cifra que cumple ampliamente con la normativa.
También se ciñeron a la Ley de Morosidad las microempresas de menos de 9 trabajadores (47 días), las pymes de hasta 50 empleados (54 días) y la superaron por poco las de hasta 250 trabajadores con una media de 68 días.
Mientras tanto, las compañías de entre 250 y 1000 trabajadores y las de más de un millar se hicieron de rogar. Los autónomos tuvieron que esperar 114 días de media y 119 respectivamente para recibir el cobro de sus facturas.
¿Cómo combatir la morosidad?
Por desgracia, hay poco que puedas hacer para luchar contra los impagos. En este artículo, encontrarás algunos consejos para combatir la morosidad y sobre todo para evitarla. Hace unos meses, el ministro Cristóbal Montoro anunció que castigaría fiscalmente a las empresas morosas dado que la Ley de Morosidad sirve de poco, pero lo cierto es que no hemos vuelto saber nada acerca de la promesa. Habrá que esperar para ver si realmente se cumple la medida.