El comercio minorista registró en 2014 una recuperación histórica: por primera vez en 7 años el sector puede presumir de haber sufrido un incremento en las ventas. Con éstas palabras, más o menos, cerrábamos la semana pasada las informaciones relativas a uno de los sectores más golpeados por los efectos de la crisis.
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Así, según los últimos datos ofrecidos por el INE, las ventas del comercio minorista a precios constantes y eliminada la inflación repuntaron en 2014 el 0,9%, “poniendo fin” a la racha de siete años consecutivos de bajadas iniciada en 2008, coincidiendo con el estallido de la crisis.
Recordemos que en todos los años del periodo 2008-2013, la facturación y el empleo del sector registró tasas negativas. En el caso de las ventas, el mayor retroceso se experimentó en 2012, cuando cayeron un 7%, mientras que en el caso del empleo, el peor año fue 2009, ejercicio en el que la ocupación se hundió en torno a un 4%.
De hecho, hace apenas un par de semanas celebrábamos en este mismo blog otro dato positivo para el pequeño comercio en 2014: el incremento de las ventas en el periodo navideño con respecto al año anterior.
Si bien es cierto que se trata de una noticia esperanzadora para un sector acostumbrado a muchas de cal y pocas de arena, es necesario ir un poco más allá de los datos y pararnos a analizar qué está ocurriendo realmente en el día a día del pequeño comerciante y cuáles son sus verdaderas necesidades para que ellos mismos sean, más allá de lo que digan el INE y los medios de comunicación, los que celebren un verdadero cambio cualitativo y cuantitativo en sus negocios.
Reinterpretando los datos de la mejora del comercio minorista
Es más, los datos a priori positivos son aún insuficientes para muchos colectivos de autónomos. Así, este balance positivo del 1% desde 2007 (año en el que, por cierto, se registró un aumento del 2,7%) no puede trasladarse al empleo, que apenas se ha incrementado un 0,1%, lo que no representa una subida significativa del número de puestos de trabajo.
Por otro lado, las cifras sólo reflejan el inicio de una tendencia… que puede quedarse en un hito puntual. Para su consolidación es necesario, tal como apuntan las asociaciones de autónomos “recuperar y aumentar la demanda de los españoles, especialmente de los asalariados, autónomos y pensionistas”, es decir, los sectores de población que más han restringido el consumo.
[Tweet “La verdadera mejora del comercio minorista sólo vendrá con la recuperación del consumo”]
Y parece que, en estos momentos, el acceso al crédito para las familias, los autónomos y las pequeñas empresas no atraviesa uno de sus mejores momentos y parece que no mejorará según las declaraciones de Josep Oliu, presidente del Sabadell, quien afirmó que en 2015 “el crédito va a crecer cera de cero y más por debajo que por encima de esa cifra”, pese a los augurios optimistas del Gobierno.
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En definitiva, pese a la cuestionable efectividad de las diversas baterías de medidas puestas en marcha por el Ejecutivo en los últimos meses para impulsar al sector, no es recomendable aventurarse a celebrar esta recuperación como una tendencia estable durante 2015 hasta que no se produzca una verdadera recuperación del consumo.
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