Han sido muchos los autónomos que han comenzado el nuevo año con una sorpresa a la hora de tener que abonar la cuota mensual a la Seguridad Social, viéndola incrementada en más de un 20%. En concreto, la medida es de aplicación en 2014 a los autónomos que durante 2013 hubieran contratado de forma simultánea a un mínimo de 10 trabajadores por cuenta ajena en la empresa y a los autónomos societarios.
Es necesario aclarar a qué figura se refiere exactamente el «autónomo societario»: Se definen como tal quienes ejerzan funciones de dirección y gerencia que conlleven el desempeño del cargo de consejero o administrador o que presten otros servicios para una sociedad mercantil capitalista, a título lucrativo y de forma habitual, personal y directa, siempre que posean el control efectivo, directo o indirecto, de aquella.
Se entenderá, en todo caso, que se produce tal circunstancia cuando las acciones o participaciones del trabajador supongan, al menos, la tercera parte del capital social, la cuarta parte si desempeña funciones de gerencia o la mitad si está en posesión de familiares directos (segundo grado de consanguinidad).
Esta subida de la cuota de autónomos para 2014, que en principio no estaba incluida en los Presupuestos Generales del Estado, fue aprobada en el Real Decreto-ley 16/2013, de 21 de Diciembre, en el que se incluían además algunos detalles de la Reforma Laboral 2014, como las nuevas tipologías de contrato.
Así, los autónomos afectados por la medida verán equiparar su base mínima de cotización con la de los trabajadores encuadrados en el Régimen General, que es de 1.051,50 euros al mes. No obstante, cabe mencionar que quedarían exentos durante 12 meses los autónomos que causen alta inicial en el RETA.
La medida, que ha causado una gran polémica en el colectivo durante los últimos días, implica una incremento en las bases mínimas de los 261 euros que habrían de pagar los afiliados al RETA no incluidos en éstos supuestos a 314 euros al mes, lo que al cabo del año supondría unos 630 euros.
Es más, si ya en su momento el hecho de incrementar un 2% las bases mínimas de cotización de un colectivo que arrastra grandes problemas de liquidez produjo un sentimiento generalizado de rechazo, este aumento de más del 20% podrá lastrar seriamente la competitividad de las pequeñas empresas que se encuentren en fase de crecimiento y desarrollo.
De hecho, son muchos los autónomos que ya han comenzado a movilizarse en algunas plataformas como Change.org, en las que se comienzan a recoger firmas exigiendo una bajada drástica de la cuota de autónomos.
Parece que la necesidad recaudatoria de las arcas de la Seguridad Social, que prevén un ingreso de más de 1.000 millones de euros, ha primado sobre el apoyo a la consolidación de las empresas ya existentes, algo fundamental para el desarrollo económico y la consolidación del empleo en nuestro país.
Una medida que choca frontalmente con las anteriores actuaciones del Gobierno que pretendían dar un nuevo impulso al autoempleo, como la ampliación de la Tarifa Plana a todos los nuevos autónomos o los que no habían estado en situación de alta en el RETA durante los últimos cinco años.
Esta Tarifa Plana, sin embargo, excluía también a los autónomos que formasen una sociedad, y muchos jóvenes autónomos societarios vieron cómo tenían que devolver, con carácter retroactivo, la diferencia de las cuotas que les habían sido bonificadas en primera instancia.
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