Cuando uno comienza su aventura como autónomo ve todo muy fácil. Todos los negocios son viables, los proveedores accesibles y la repercusión económica es bestial. Si, a todos nos pasa, que la ilusión por emprender supera todas las trabas que puedan plantearse en el camino y aunque, en muchas ocasiones lo consigamos, ya dice el dicho popular que lo importante no es llegar, sino mantenerse.
Valga aquí el caso de un joven con un talento excelente que hace unos años conocí. Sus ideas y capacidades en el mundo de la informática y su creatividad eran más que interesantes, de hecho era un visionario respecto a lo que hoy estamos viviendo; Pero su capacidad de trabajo, orden y estrategia era pésima. Al final, una mala elección de socios (no muy fiables) y una planificación de objetivos nefasta, han servido para que su credibilidad esté agotada por parte de todo el sector donde se mueve.
Particularmente, creo que es en los momentos difíciles donde de verdad una persona demuestra su valía como profesional. Es determinante analizar y saber ver el momento en donde se aprecia que la realidad de su negocio, por muy buena que sea, siempre tiene un amplio margen de mejora que explotar.
Así pues, hoy centramos estas líneas en la necesidad de crearnos nuestra propia tela de araña, tanto para poder ir tejiendo nuestro camino y ampliar horizontes, como para frenar las caídas de los pasos en falso que el devenir profesional nos depara.
- Trabajo, mucho trabajo. Hemos de tener claro que un profesional autónomo es profesional para todo. Tanto para facturar, como para hacer frente a los proveedores con los que trabaja y responder de aquello que vende. Hay que demostrar que somos buenos y que nuestras palabras no son solo castillos en el aire, sino que detrás hay trabajo y ganas. Nuestro prestigio pasa por lo que hacemos. Y siempre seremos esclavos de nuestras palabras. Para lo bueno y para lo malo.
- La ética entre autónomos es indispensable. Hay veces que amparados en la ley de la oferta y la demanda, esta selva salvaje de autónomos acepta entre la multitud a algunos espabilados que aprovechan las confusiones para hacer negocio de manera poco ética; Atacando a un tercero o amparándose en vacíos legales que a la larga, perjudica a todo un sector. Es por ello, que desde aquí apelamos a la ética profesional como arma principal de autoregulación de nuestras las relaciones profesionales. Porque al igual que no deseamos que nos ataquen, tampoco nadie lo querrá para sí mismo.
- Medir con objetividad y crítica los resultados. Es la clave de un buen profesional. Cuando tu proyecto está encarrilado y con forma definida, hay que saber valorar de manera objetiva cuáles son las posibilidades reales de seguir creciendo, hacia qué público y cómo. Muchas veces, una distorsión entre lo que ocurre y lo que uno cree que ocurre, no hacen más que llevar al traste proyectos interesantes. Llega la debacle, bien por éxito o bien, por falta de estabilidad.
- Saber tocar oportunamente a tus futuros clientes. Si tu negocio va encaminado pero necesitas un mecenazgo que te lo complete, hay que saber bien a quien tocar y como. No podemos matar moscas a cañonazos y luego discriminar a aquellos que han dicho que no a participar en nuestro proyecto. Por mucho plan de empresa que desarrollemos al principio, queda claro que la estrategia debe de ser revisada y monitorizada. Y las relaciones públicas, muy bien gestionadas para evitar desgastes o entuertos que nos hagan perder credibilidad o que a la larga, nos cierren puertas.
- ¿Problemas? Hay que saber dónde acudir en caso de incendio. Al igual que podemos buscar aliados para seguir progresando, también nos podemos encontrar el caso en que nuestro proyecto, queriendo o sin querer, se haya metido en un jardín poco recomendable (leyes, traspasos, temas de gestión o subvenciones…). En este caso no hay nada mejor que consultar a profesionales que nos puedan dar soluciones, más allá de la gente de confianza o amigos que, con su buena fe y conocimientos, nos puedan haber ayudado en su momento. Una cosa es la victoria moral y otra, la victoria en los tribunales.
- Zapatero, a tus zapatos. Todo autónomo debe de saber cuál es su objetivo empresarial, pero también, conocer su entorno, sus posibilidades y cuando pedir ayuda. De nada sirve que creamos que somos grandes emprendedores sino lo demostramos. Al igual que tampoco funciona la fórmula de trabajar un excelente personal branding y que posteriormente, ninguna competencia profesional lo respalde. Muchos proyectos se van al traste por la tendencia de “hombre para todo”. Si hay trabajos a los que no llegamos por recursos o planificación, antes de hacer una chapuza, mejor ser sinceros y dejar la vía libre a otros que por su especialización, sí saben y pueden hacerlo.
Desde infoautonomos queremos apoyarte y darte respaldo en cuantas dudas tengas respecto a tu desarrollo como autónomo. Muchos de los que estáis leyendo estas líneas habéis vivido la experiencia de ingeniar un excelente plan sobre el papel y luego en su plasmación encontrar más dificultades de las inicialmente planteadas.
No os desesperéis, al contrario, demostrad que podéis realizar vuestro sueño de autoempleo. Y ya sabeis, tan importante es crear una tela de araña para crecer, como para mantenernos firmes ante las adversidades que se presentan.
De hecho, justo con el propósito de aunar esfuerzos en ante dudas, propuestas de ayuda ante negocios, dificultades, y otras inquietudes, nace esta comunidad. Es por ello que te invitamos a registrarte y formar parte de manera activa.